Una espía rusa que se hacía pasar por una mujer de la alta sociedad supuestamente nacida en Perú se había infiltrado durante años en una base de la OTAN en Italia, según se informó este viernes.
La treintañera segura de sí misma que habla seis idiomas se había infiltrado en los círculos de la OTAN y en la 6ª Flota de Estados Unidos en Nápoles (Italia). Su caso se hizo público gracias a una investigación de los medios de comunicación.
Llevaba un pasaporte ruso de la misma serie utilizada por el servicio secreto militar, según la investigación periodística.
La mujer se hacía llamar María Adela Kuhfeldt Rivera, nacida en Perú de padre alemán, pero las investigaciones posteriores la han identificado como Olga Kolobova, agente rusa e hija de un coronel de ese país.
El rastro de Kuhfeldt Rivera se perdió cuando en septiembre de 2018 abandonó Nápoles rumbo a Moscú sin dejar rastro después de que se publicaran en medios locales los nombres de los espías rusos que intentaron envenenar al ex agente Serguéi Skripal y al productor de armas búlgaro Emil Gebrev.
No se pudieron determinar sus logros como agente de inteligencia, pero se demostró que “María” había entrado en contacto con figuras clave de la OTAN y de la marina estadounidense.
Kolobova se hizo pasar por una diseñadora de joyas de la alta sociedad para engañar al personal de la OTAN en Nápoles hasta 2018. Había dicho a la gente en Italia que era hija de padre alemán y madre peruana, nacida en la ciudad de Callao, Perú. Según Bellingcat, en un trabajo conjunto con La Repubblica de Italia y Der Spiegel de Alemania, ella era efectivamente una oficial de carrera del GRU (servicio de inteligencia militar) de Rusia.
María Adela pasó años viajando por Europa, estableciéndose en Malta y Roma en 2010, donde se hizo amiga de Marcelle D'Argy Smith, una antigua editora de la revista Cosmopolitan, antes de marcharse a París y presentar una solicitud de patente para lanzar un negocio de joyería.
Se casó con un hombre ruso-ecuatoriano después de volver a Italia en 2012, pero su romance terminó pronto, cuando el hombre murió en circunstancias poco claras, tras lo cual la supuesta peruana María se hizo un nombre como joyera y propietaria de un club nocturno.
Kolobova, que actualmente se cree que tiene unos 40 años, era miembro del famoso programa de ilegales de Rusia, una red de espías que pasan por años de riguroso entrenamiento para destinos duraderos en el extranjero.
Una vez preparados, los ilegales son colocados en una nación y se les asignan identidades falsas diseñadas por expertos, donde pasan años o incluso décadas llevando una doble vida.
Kolobova es la hija de un militar ruso que vendía joyas falsificadas fabricadas en China para atraer a profesionales de la seguridad europeos y estadounidenses y filtrar involuntariamente información clasificada.
Los investigadores descubrieron que un agente de la inteligencia rusa implicado en el envenenamiento de Sergei Skripal y un hombre sospechoso de envenenar al productor de armamento búlgaro Emilian Gebrev compartían el mismo conjunto de números de serie de pasaportes falsos.
La última publicación en Facebook realizada por María unos meses después de abandonar Italia afirmaba que tenía que revelar la verdad de que tenía cáncer y se había sometido a quimioterapia.