China impuso este viernes la prohibición de entrada en su territorio a la titular de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, y al séquito que la acompañó esta semana a Taiwán, desafiando la recomendación de Pekín de no alimentar las tensiones respecto a lo que el país asiático considera una provincia rebelde.
Las sanciones se extienden a los familiares de Pelosi, quien socavó la soberanía y la integridad territorial del país asiático. Las medidas incluyen la prohibición de entrada a China para Pelosi y sus allegados, sin que se dieran más detalles. China ha calificado la actitud de Pelosi en Taiwán como una farsa y una traición deplorable.
El Gobierno chino también decidió suspender todos los mecanismos de cooperación con Estados Unidos y aumentó su despliegue militar en el estrecho de Formosa.
En total, Pekín anunció ocho medidas de represalia, como la suspensión de la cooperación judicial, la repatriación de inmigrantes ilegales, la asistencia jurídica penal, la lucha contra la delincuencia transnacional y el cambio climático, así como la cancelación de todas las conversaciones entre los jefes militares y funcionarios de defensa de ambas partes, como así también los del Mecanismo de Consulta de Seguridad Marítima Militar, poniendo así fin a toda la confianza entre las fuerzas armadas de las dos superpotencias en un momento en que las tensiones en el estrecho de Taiwán están en un nivel que no se veía desde la década de 1990.
China también convocó a representantes diplomáticos de Europa, la Unión Europea, Japón y Canadá por las declaraciones de los ministros de Asuntos Exteriores del G7 sobre Taiwán. Los ministros habían pedido a Pekín el jueves que se abstuviera de utilizar la reciente visita de Pelosi como pretexto para una acción militar agresiva en el estrecho de Taiwán.
Las autoridades taiwanesas afirmaron que hasta 68 aviones y 13 barcos chinos seguían operando en el estrecho de Taiwán y que algunos de ellos cruzaron la línea media del estrecho de Formosa durante el segundo día de las maniobras militares iniciadas por Pekín el jueves.
La Presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, calificó de acto irresponsable las maniobras militares chinas que supuestamente cruzaron la línea divisoria imaginaria en el estrecho que funciona como una frontera no oficial pero tácitamente respetada entre China y Taiwán durante las últimas décadas.
Aunque China ha llevado a cabo otros simulacros en el estrecho de Taiwán, los de esta semana son diferentes porque abarcan una zona más amplia e implican a más unidades militares, se informó. Se espera que los juegos de guerra a gran escala duren hasta el domingo. Taiwán los ha descrito como un bloqueo.
Los ejercicios chinos incluyeron misiles convencionales de largo alcance, que dieron en el blanco con precisión, según fuentes chinas. Las autoridades taiwanesas aseguraron tener conocimiento instantáneo del lanzamiento de los misiles gracias a las tareas de reconocimiento y vigilancia.
Sin embargo, fuentes militares japonesas afirmaron que cinco misiles balísticos chinos habrían caído en la ZEE de Japón y que cinco misiles chinos habían sobrevolado Taiwán.
Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos dijo este viernes que quiere mantener abiertas las líneas de comunicación con China. El coordinador de comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, instó a China a hacer lo mismo e intentar mantener esas líneas abiertas. Insistió en que no todos los canales de comunicación entre los líderes militares están cerrados.
Según Kirby, esta cuestión fue uno de los temas tratados el jueves durante la reunión de la Casa Blanca con el embajador de China en Washington, Qin Gang, que había sido convocado por los ejercicios militares en torno a Taiwán.