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Nuevo aumento del precio de los combustibles en Uruguay

Miércoles, 1 de junio de 2022 - 10:53 UTC
La decisión busca preservar la seguridad energética del país y mitigar los efectos negativos de la crisis internacional La decisión busca preservar la seguridad energética del país y mitigar los efectos negativos de la crisis internacional

El Gobierno uruguayo del presidente Luis Lacalle Pou anunció finalmente este martes un aumento en el precio de los combustibles en los surtidores, con lo que la nafta Súper habrá subido un 15% y el gasóleo 50S un 30% en lo que va de 2022. El nuevo incremento en el precio de los combustibles entra en vigor el 1 de junio.

“El gobierno se compromete a seguir manteniendo la seguridad energética del país y a mitigar los efectos negativos de la crisis internacional, sin descuidar la situación patrimonial y financiera de [la petrolera estatal] ANCAP”, dijo el Ministerio de Industria y Energía (MIEM) de Uruguay en un comunicado.

Por lo tanto, el precio de la nafta Súper 95 aumentará en UY$ 1,5 por litro y el del gasóleo 50S en UY$ 3 por litro con respecto a los precios de mayo, añadió el comunicado del MIEM.

Los aumentos estuvieron por debajo de la sugerencia de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), que recomendó UY$ 6,41 en el primer caso y UY$ 10,75 en el segundo.

“[El gas de cocina, conocido en Uruguay como] supergas continuará congelado hasta fines de septiembre para toda la población, tal como lo anunció el gobierno el 17 de mayo, mientras que los beneficiarios de planes sociales del Ministerio de Desarrollo Social podrán acceder a dichas recargas a mitad de precio”, agregó el ministerio.

La semana pasada, Lacalle Pou explicó que cada vez que el gobierno no aumenta el precio del combustible según los valores internacionales “es un sacrificio para Ancap”, ya que es la empresa la que absorbe parte de la pérdida.

Los expendedores uruguayos de la Unión de Vendedores de Nafta (Unvenu) habían pedido a Lacalle que suspendiera el aumento “por unos días más”, al menos hasta el 1 de junio, ya que la demanda había crecido exponencialmente y Ancap no podía reabastecer los surtidores a tiempo, a lo que se sumó una protesta laboral el 31 de mayo.

Lacalle había insistido en que Ancap necesitaba equilibrar sus cuentas. Si no, “ya sabemos lo que pasa”.