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Guerra de Falklands: 21 de mayo comenzó cuenta regresiva para rendición argentina

Martes, 24 de mayo de 2022 - 09:00 UTC
Varios helicópteros Chinook para transporte de tropas se hundieron con el Atlantic Conveyor, obligando a las fuerzas británicas marchar a pie a tomar la capital Stanley  Varios helicópteros Chinook para transporte de tropas se hundieron con el Atlantic Conveyor, obligando a las fuerzas británicas marchar a pie a tomar la capital Stanley

El 21 de mayo de 1982, fue viernes y en ese día las fuerzas británicas cumpliendo con la operación Sutton, para recuperar las Islas Falkland, comenzaron el desembarco de sus efectivos en tres playas de San Carlos, extremo noreste de la isla Este del archipiélago.

Fue en definitiva el primer día del fin de la ocupación argentina de las Islas, pues tras encarnizados combates en tierra, mar y aire, los británicos lograron asegurar tres puntos de desembarco y prepararse para la marcha sobre los montes que rodean a la capital Stanley, logrando la rendición del General Benjamín Menéndez, Junio 14, que oficiaba de gobernador militar de las islas Falkland/Malvinas.

Previamente los británicos liberaron el asentamiento de Goose Green, defendido por unos dos mil efectivos argentinos, bien armados, y donde además había decenas de civiles de las Islas, supuestamente “revoltosos”, encerrados en condiciones de hacinamiento.

El desembarco del 21 de mayo comenzó sobre las 02:50 de la madrugada asegurando tres playas, Azul, Roja y Verde por parte de fuerzas especiales y proseguiría el 22 de mayo con el grueso de fuerzas y equipos. Todo esto en tanto aviones argentinos zumbaban en vuelos rasantes por el estrecho de Falklands, que separa las dos islas principales, bombardeando fragatas, destructores y lanchas de desembarco.

La Marina Real se defendía con ca;ones y misiles, pero no resultó nada fácil, según explicarían posteriormente altos oficiales: la cartografía dejaba mucho que desear, la coordinación entre los comandos responsables por el desembarco y luego por las fuerzas en tierra tuvo sus desavenencias, las fragatas estaban más hechas para vender a marinas de países en desarrollo y no con materiales aptos para combate, y por eso la rápida propagación de incendios, insuficientes integración de misiles de corto y mediano alcance para hacer frente a los ataques aéreos de saturación, tal cual hicieron los pilotos argentinos.

Además si bien intervinieron algunos Harrier, la cobertura aérea esperada para este tipo de desembarcos estuvo ausente. Asimismo como resultado de materiales de poca calidad y los incendios varias naves quedaron sin energía para activar equipos de lucha contra el fuego, sin comunicaciones dentro de la propia nave, facilitando la voladura de las santa bárbaras.

El 23 de mayo amaneció con mucha neblina dándole un respiro al desembarco de los ataques aéreos pero igualmente se perdieron varias fragatas, HMS Antelope, HMS Ardent, y luego el destructor HMS Coventry, el cual a la salida del estrecho esperaba la llegada de los aviones argentinos.

Llamó la atención a los británicos que la aviación argentina no concentraran más sus ataques en las naves de apoyo cargadas con equipos y abastecimiento, pues como quedaría demostrado un par de días después, mayo 25, con el hundimiento del mercante Atlantic Conveyor, con Exocets, las aguas se tragaron varios helicópteros, especialmente los Chinook, para transporte de tropas que hubieran evitado la larga marcha de varios días de los británicos para tomar Stanley, unos 110 kilómetros caminando sobre turba y terreno húmedo.

No olvidemos que la línea de abastecimiento para la Fuerza de Tareas británicas era de unos 13,000 kilómetros y a la isla Ascensión, 6,400 kilómetros.