Una inusual bajante del río Paraná provocó pérdidas por casi 280 millones de dólares en lo que va de 2022 a los productores rurales y exportadores argentinos, se informó.
Además de la caída de las ventas, los comerciantes también incurrieron en incumplimientos con los compradores extranjeros, lo que implicó fuertes penalidades. Debido a las adversas condiciones hidrológicas la navegabilidad de los ríos se ha visto seriamente comprometida.
Los exportadores de granos han sufrido pérdidas por US$ 279.689.670 como consecuencia de la escasa cantidad de carga que pueden contener los barcos para no encallar, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
El documento también mostró que las pérdidas también incluyeron US$ 138,25 millones derivados de un aumento en los costos por el llamado falso flete, que es la imposibilidad de cargar buques de menor capacidad a pleno.
Estos buques no pudieron completar sus cargas en puertos más al sur o en Brasil, porque su capacidad restante no justifica económicamente el amarre en otras terminales, lo que les obliga a volver a salir al mar con menos mercancía a bordo.
Una reciente mejora del caudal del río Paraná ha supuesto un cierto alivio para la agroindustria. El Instituto Nacional del Agua (INA) anunció a principios de esta semana que, si bien las condiciones son, en general, mejores que las observadas en 2020 y 2021, la perspectiva climática aún no permite establecer un límite temporal del escenario de estiaje predominante iniciado en marzo de 2020″.
El informe de la BCR también señala que los buques de mayor capacidad suelen completar sus cargas con mercaderías cargadas en la costa atlántica como Quequén, Necochea y Bahía Blanca.
Si bien esta es una práctica habitual en años normales, dado que los buques de mayor porte no pueden ser cargados en su totalidad en los puertos del Up-River debido a su calado, la baja obligó a incrementar esta carga adicional, destacó la BCR. Ese cambio supuso un coste extra de 115,6 millones de dólares que deberán pagar los exportadores argentinos.
En tanto, el costo de los menores precios de exportación del aceite y la harina de soja nacionales, asociado al riesgo, ascendió a 25,8 millones de dólares. Hay un castigo en el precio de estos productos argentinos que se traduce en una presión a la baja sobre las primas FOB argentinas sobre otros orígenes, como Brasil”, señaló también el documento.
A mediados de enero, el INA indicó que el río registró -44 centímetros sobre el nivel del mar, un nivel no alcanzado desde 1944. El histórico estiaje, que comenzó en marzo de 2021, no sólo provocó consecuencias económicas, sino también cambios en el medio ambiente y en la vida productiva y social de las ciudades del litoral paranaense. También afectó a la fauna y complicó la producción industrial que requiere agua para su funcionamiento.