El Gobierno de Nicaragua anunció este martes que convertirá la antigua sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Managua en un museo de la infamia, tras declarar el inmueble de utilidad pública y transferir su propiedad al Estado.
La medida se produce tras la decisión del régimen de Daniel Ortega de abandonar la OEA y también de expulsar a la misión del organismo en el país centroamericano a principios de esta semana.
A cargo del Museo de la Infamia estará el Instituto Nicaragüense de Cultura, según explicó la vicepresidenta Rosario Murillo -esposa de Ortega- a través de su habitual discurso en los medios gubernamentales.
¿Qué es más infame que ese ministerio de colonias?, dijo Murillo tras confirmar la expulsión de los delegados de la OEA el domingo.
El edificio de tres pisos está ubicado en el sureste de Managua, en una zona exclusiva, y tras la expulsión de la delegación de la OEA, es custodiado por policías.
El domingo pasado, Nicaragua también adelantó su salida del organismo con sede en Washington, que se había negado a reconocer la reelección de Ortega el 7 de noviembre, con la mayoría de los opositores políticos en la cárcel o en el exilio.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, dijo el domingo que la incautación del edificio violaba el derecho internacional, que otorga inmunidad diplomática a las entidades extranjeras y multinacionales y a sus bienes. Su violación por parte de las autoridades nicaragüenses las hace responsables internacionalmente de sus consecuencias, subrayó el uruguayo Almagro.
La declaración de utilidad pública fue el último enfrentamiento entre Nicaragua y la OEA que se remonta a las protestas antigubernamentales de 2018. La OEA participó activamente en las negociaciones entre 2018 y 2019, pero no se llegó a ninguna solución.
La OEA también emitió una serie de resoluciones que instaron sin éxito a Ortega a reformar la ley electoral. El organismo multinacional también pidió la liberación de decenas de presos políticos.