Funcionarios rusos insistieron este miércoles en que el lanzamiento de la planta para fabricar rifles Kalashnikov en Venezuela tuvo que posponerse durante 2021 como consecuencia de las sanciones impuestas por Estados Unidos, pero las obras finales han ido ganando ritmo últimamente gracias a la cooperación de las autoridades locales.
El gobierno ruso espera comenzar a producir rifles Kalashnikov en Venezuela el próximo año, explicó Valeria Reshétnikova, portavoz del Servicio Federal de Cooperación Militar y Técnica.
“Los especialistas rusos han comenzado a preparar los equipos de proceso y las líneas de montaje. Esperamos lanzarlo en 2022”, dijo Reshétnikova.
Reshétnikova afirmó que los retrasos también se debieron a la pandemia de COVID-19, además de las sanciones de Estados Unidos.
El enviado del presidente venezolano Nicolás Maduro, Adán Chávez, había dicho en octubre durante un viaje a Moscú que la fábrica debería estar terminada para el segundo semestre de 2022. “Seguimos buscando soluciones juntos. Algunas de estas soluciones se han logrado, especialmente la financiera”, había dicho Chávez.
Chávez también había asegurado que el bloqueo de Estados Unidos había limitado el flujo de recursos financieros necesarios para proyectos como la planta de rifles.
Hemos logrado con el apoyo de gobiernos amigos romper este bloqueo económico-financiero de alguna manera, pero sigue causándonos fuertes dificultades económicas, había dicho Chávez.
Esta fábrica fue un proyecto ideado por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. En 2006, incluso visitó a Mikhail Kalashnikov, diseñador de la icónica arma.
Venezuela también se vio afectada por la caída del precio del petróleo, que obligó primero a Moscú a otorgar a Caracas un préstamo para la compra de armas y luego a reestructurar parte de su deuda.
Los plazos de entrega de la fábrica de fusiles de asalto Kalashnikov en Venezuela también se han pospuesto varias veces debido a escándalos de corrupción.
En abril de 2009, la empresa rusa Rostec, que estaba a cargo de las obras, inició una investigación sobre una serie de robos, informó el titular de la Fiscalía General de Rusia, Dmitri Demeshin.
El exsenador ruso Sergei Popelniújov, quien se suponía debía garantizar el desarrollo del proyecto, fue condenado por el robo de aproximadamente 16 millones de dólares, aunque él aseguró que las fábricas no se construyeron a tiempo debido a la inflación extremadamente alta que afectó al país.