El primer ministro británico, Boris Johnson, admitió el martes que no habrá un confinamiento antes de Navidad en el Reino Unido, pero al mismo tiempo reconoció que no podía descartar ninguna medida después del 25 de diciembre en la lucha contra el COVID-19.
Johnson dijo que el Gobierno hará todo lo que sea necesario para proteger la salud pública, al tiempo que se guardó bajo la manga una serie de alternativas para después de Navidad, luego del tercer número más alto de casos diarios de coronavirus en el Reino Unido, impulsado por la variante Ómicron, cada vez más extendida por todo el país.
En ese escenario, el gobierno alienta a las personas a cambiar o retrasar sus planes navideños, en línea con el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien dijo que era mejor cancelar las celebraciones de fin de año ahora y celebrar la vida mañana, que celebrar hoy y llorar mañana.
La portavoz de la OMS, la Dra. Margaret Harris, dijo que las reuniones que no son seguras esta Navidad no deberían realizarse. Si tienes un gran número de personas, especialmente de diferentes lugares, no sabes cuál ha sido su exposición.
Este martes habían surgido informes de que el Partido Conservador había advertido a Johnson de un voto de censura en caso de que el gobierno decidiera introducir medidas adicionales para frenar la propagación de la nueva variante Ómicron.
Hoy no creemos que haya pruebas suficientes para justificar medidas más duras antes de Navidad, dijo Johnson. “Continuamos monitoreando a Ómicron muy de cerca y si la situación se deteriora, estaremos listos para tomar medidas si es necesario”.
Más de 100 parlamentarios conservadores votaron la semana pasada en contra de la introducción de nuevas reglas contra la COVID-19, y se dice que advirtieron al primer ministro que se abstuviera de introducir más restricciones.
A primera hora de este martes, el gobierno del Reino Unido había anunciado un paquete de mil millones de libras para ayudar al sector hotelero y del ocio a hacer frente a la ola de cancelaciones provocada por Ómicron.