Un ex juez federal que había sido declarado culpable de crímenes de lesa humanidad mientras estaba en el cargo durante la dictadura militar argentina, fue visto en un restaurante cuando se suponía que estaba bajo arresto domiciliario.
Roberto Catalán fue expulsado del establecimiento luego de que se advirtiera su presencia. Había sido culpable de privación ilegítima de libertad, tortura, homicidio y asociación ilícita y condenado a 12 en prisión, aunque bajo la modalidad de arresto domiciliario.
Pero fue capturado por una mujer que grabó su presencia en el restaurante en video y le gritó: ¡Es un criminal de lesa humanidad que fue condenado y tiene que estar en arresto domiciliario!.
Eres un genocida y tendrías que estar en la cárcel, prosiguió. ¡Qué vergüenza La Rioja! Ahora se hace el pobre anciano, pero ha sido el criminal más repugnante que ha tenido nuestra provincia, insistió la denunciante.
En febrero de 2021, el Juzgado Federal de lo Penal de La Rioja lo condenó a 12 años de prisión cuando la Fiscalía había solicitado cadena perpetua por entender que había sido autor material de la privación ilegal de libertad, tortura y participación necesaria en el homicidio de una víctima. Pero el tribunal determinó por dos votos contra uno que él solo había actuado como encubridor de los crímenes.
En la sentencia de apelación se responsabilizó a Catalán de los innumerables trámites irregulares e ilegales que validó, la colaboración que brindó en la sustanciación de los trámites, el descuido que dio a las gravísimas denuncias sobre la imposición de torturas que las propias víctimas dieron y otorgó el permiso a funcionarios de las fuerzas de seguridad que actuaban como 'auxiliares de la judicatura', situación que la mayoría de los testigos que declararon lo ubican en el momento y lugar de los hechos, quienes conocían los tormentos que recibían.
Catalán también fue considerado, en suma, garante de la impunidad para muchos agentes de la guerra sucia en La Rioja.