El presidente de Perú, Pedro Castillo Terrones, ha atravesado este miércoles su primera reorganización ministerial tras la renuncia del primer ministro Guido Bellido, a pedido del jefe de Estado.
Horas después de anunciar la Segunda Reforma Agraria del Perú, Castillo necesitó comparecer ante el Congreso para anunciar que “hoy aceptamos la renuncia del presidente del Consejo de Ministros Guido Bellido Ugarte, a quien agradezco los servicios prestados”.
Castillo dijo que había decidido tomar algunas decisiones a favor de la gobernabilidad e insistió en su llamado a los sectores económicos, políticos y sociales por una unidad más amplia para lograr objetivos comunes, como la reactivación de la economía peruana. Es el momento de poner al Perú por encima de toda ideología y posiciones partidistas.
Bellido dejó en claro que había dejado el gobierno a pedido de Castillo. No sabemos cuáles fueron las razones. Hoy el presidente me pidió que presentara mi carta de renuncia y de inmediato cumplí con esa solicitud.
El ahora ex primer ministro también dijo que Castillo toma la decisión de acuerdo con su criterio político.
No tuvimos ninguna discrepancia con el presidente. Ayer debatimos diferentes temas, agregó Bellido.
Bellido será reemplazado por Mirtha Vásquez, ex presidenta del Congreso y oriunda de Cajamarca, la región natal de Castillo, abogada especializada en derechos humanos que llegó a ser considerada para presidenta interina en medio de una de las recientes crisis políticas del país.
Vásquez Prestó juramento como primera ministra en un acto en el que se anunciaron otros seis cambios en el gabinete: Educación, Minas y Energía, Interior, Cultura, Trabajo, y Producción.
El ministro de Economía, Pedro Francke, a pesar de haber sido el coordinador de la campaña de Castillo, nunca agradó al ala radical del Partido Perú Libre, cuyo líder Vladimir Cerrón ve como un advenedizo y lo llama la izquierda caviar.
Considerado como el nombre moderado del gabinete, Francke defiende que el país siga un modelo económico de centroizquierda, al estilo del Frente Amplio uruguayo cuando estaba en el poder. Ya ha repetido que, con Castillo, habría una clara separación entre el gobierno y la administración de Perú Libre.
También se mantiene a bordo el canciller Oscar Maúrtua, con quien Bellido tuvo un desgaste por la relación de este último con Venezuela. El gobierno de Castillo ha estado evitando expresar un apoyo abierto a Nicolás Maduro que lo lleve a abandonar el Grupo de Lima.
La administración de Castillo ya atraviesa bajos índices de aprobación a pesar de haber asumido el cargo apenas el 28 de julio. Bellido había sido criticado desde su nombramiento e incluso enfrenta una demanda por apología del terrorismo por sus declaraciones a favor del extinto líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, quien falleció el último. mes de 86 en la cárcel, donde cumplía cadena perpetua por terrorismo.
Bellido también está involucrado en un caso conocido como Dinámica del Centro, junto con el líder de Perú Libre Vladimir Cerrón, consistente en el supuesto lavado de dinero de cuando Cerrón era gobernador de Junín.
La acusación de 2019 apunta a los departamentos de Transporte de la provincia peruana, desde donde, según la Fiscalía, se habría desviado dinero a la campaña presidencial de Castillo.
La presidenta del Congreso, la opositora María del Carmen Alva, expresó su satisfacción por la renuncia del primer ministro. “Después de varios días de incertidumbre innecesaria y ministros cuestionados, damos la bienvenida a la decisión del presidente Castillo de cambiar su gabinete ministerial”, escribió en las redes sociales. El Congreso tiene la mayor disposición para el diálogo y la gobernanza.
Por otro lado, la medida disgustó a la dirección de Perú Libre. Al finalizar el acto de juramentación, el portavoz del partido y hermano de Vladimir Cerrón, Waldemar, afirmó que el partido no apoyará al nuevo gabinete ministerial y que ha habido una traición a quienes han sido elegidos para representar al pueblo.
Bellido regresará ahora al Congreso como legislador electo en representación de Perú Libre, que tiene 37 escaños que, a pesar de todo, no representan una mayoría. El ahora ex primer ministro pertenece al ala más radical del grupo marxista-leninista que llegó a la presidencia peruana en una ajustada segunda vuelta, en la que venció a la derechista Keiko Fujimori con el 50,12% de los votos válidos.
A tres semanas de su presidencia, Castillo ya había recibido el dudoso honor de ser el líder con menos aprobación popular al inicio de su mandato en los últimos 20 años, según una encuesta de Ipsos publicada por el diario limeño El Comercio, que mostró que el maestro rural tenía un 38% de aceptación y un 45% de rechazo.