El partido clasificatorio para la Copa Mundial de fútbol entre los gigantes sudamericanos Brasil y Argentina en San Pablo fue detenido este domingo después de solo siete minutos por las autoridades de salud del país anfitrión, alegando que cuatro de los jugadores visitantes supuestamente habían esquivado la cuarentena y otras medidas de COVID-19.
“¿Llevamos aquí tres días y tenías que esperar hasta ahora para venir y hacer esto?”, preguntó el capitán argentino Lionel Messi a uno de los funcionarios de Anvisa que había ingresado al campo para detener el juego.
La agencia nacional de vigilancia de la salud de Brasil (Anvisa) argumentó que cuatro futbolistas argentinos habían violado los protocolos anticovid. Llegamos a este punto porque todo lo de Anvisa desde el primer momento, no se cumplió. Se les ordenó permanecer aislados mientras esperaban la deportación, pero no cumplieron. Se movilizan al estadio y entran a la cancha, en una serie de infracciones”, dijo el titular de Anvisa, Antonio Barra Torres, en una entrevista televisiva.
El funcionario brasileño se centró en los jugadores argentinos cuyas carreras profesionales se desarrollan en la Premier League inglesa, mientras que el Reino Unido se mantiene dentro de la lista de países con requisitos especiales para los viajeros que llegan a Brasil.
El portero Emiliano Martínez y el delantero Emiliano Buendía, del Aston Villa, el defensa Cristian Romero y el mediocampista Giovani Lo Celso, del Tottenham Hotspurs fueron acusados de presentar información falsa al ingresar al país, ya que presuntamente no mencionaron que habían estado en el Reino Unido.
Una orden ministerial del 23 de junio prohíbe la entrada en territorio brasileño de cualquier persona extranjera procedente del Reino Unido, India o Sudáfrica, para evitar la propagación de variantes del coronavirus.
Esos cuatro jugadores tienen que ser deportados de Brasil. Serán multados y sancionados por una serie de infracciones sanitarias. La primera infracción fue no cumplir con el aislamiento, la anterior por no haber respondido de manera fehaciente el cuestionario del viajero, y ahora por jugar. Con más de 500 mil muertos en Brasil, en medio de la pandemia, se están incumpliendo órdenes, no sé de quién son las órdenes”, dijo Barra Torres.
A los siete minutos de juego, un grupo de personas, aparentemente funcionarios de la Anvisa ingresaron al campo con órdenes en contra de los cuatro jugadores argentinos, luego de lo cual toda la escuadra visitante se dirigió a los camarines.
El director de Anvisa no lo dudó: Los cuatro jugadores deben ser deportados, recalcó. Creada en 1999, Anvisa es una entidad autónoma que depende del Ministerio de Salud de Brasil.
La Asociación Argentina de Fútbol (AFA) emitió el domingo un comunicado en el que expresaba su malestar por la suspensión del partido entre la selección argentina y su homólogo brasileño en San Pablo”. Al igual que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), la AFA está sorprendida por las acciones de Anvisa una vez iniciado el partido. Cabe destacar que nuestra delegación estuvo en territorio brasileño desde el 3 de septiembre a las 8 de la mañana, cumpliendo con todos los protocolos sanitarios vigentes regulados por la Conmebol para el normal desarrollo de los Clasificatorios”, señala el comunicado.
“Luego del informe de los oficiales de la Conmebol y del árbitro del partido (el venezolano Jesús Valenzuela), se enviará la información al organismo competente de la FIFA, de acuerdo con la normativa vigente”, prosigue el documento. El fútbol no debería experimentar este tipo de episodios, que violan la deportividad de una competencia tan importante, agregó el comunicado.
Los cuatro jugadores argentinos finalmente no fueron deportados, pero se les indicó que abandonaran el país el domingo por la noche, lo que hicieron cuando toda la delegación voló directamente a Buenos Aires para el próximo partido contra Bolivia el 9 de septiembre.