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El presidente francés está en contra del acuerdo UE-Mercosur por cuestiones medioambientales

Sábado, 4 de setiembre de 2021 - 09:59 UTC
“No es porque no estemos cómodos con nuestros amigos del Mercosur, todo lo contrario”, argumentó Macron. “No es porque no estemos cómodos con nuestros amigos del Mercosur, todo lo contrario”, argumentó Macron.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, insistió este viernes en que su país se opondría al acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur debido a diferencias “incompatibles” con respecto a los problemas climáticos.

En consecuencia, el líder francés se comprometió a mantener su punto de vista cuando asuma la presidencia rotatoria de la UE a principios de 2022.

Macron explicó que el acuerdo era insostenible porque “tal como ha sido concebido y diseñado, no puede ser compatible con la agenda climática y de biodiversidad” que persigue su país.

El jefe de Estado francés hizo esas declaraciones durante el Congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en Marsella.

“No es porque no estemos cómodos con nuestros amigos del Mercosur, todo lo contrario”, dijo también Macron. “Debemos reinventar nuestras políticas comerciales para que sean consistentes con nuestras políticas climáticas, con nuestras políticas de biodiversidad; es una necesidad”, agregó.

El acuerdo UE-Mercosur fue negociado por la Comisión Europea en nombre de los países de la Unión, pero para entrar en vigor debe ser ratificado por los parlamentos de todos los estados miembros.

Algunos países, como Francia y Alemania, se han mostrado reticentes y cuestionan el compromiso de Brasil con las cuestiones ambientales, en particular con respecto al aumento de los incendios en la Amazonia.

El documento fue firmado a mediados de 2019 entre la UE y los cuatro miembros de pleno derecho del Mercosur -Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay- tras 20 años de negociaciones, pero pronto quedó claro que aún estaba lejos de convertirse en una realidad.

El sector agrícola de la UE también teme que la apertura comercial con los países sudamericanos destruya su competitividad, mientras que los ambientalistas exigen que el acuerdo incluya regulaciones claras y estrictas sobre la producción para la protección del medio ambiente.