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Los talibanes recuperan el control de Afganistán después de 20 años

Lunes, 16 de agosto de 2021 - 07:21 UTC
Los talibanes arrasaron la mayor parte del país en poco más de una semana (Foto AP) Los talibanes arrasaron la mayor parte del país en poco más de una semana (Foto AP)

Milicias talibanes se han apoderado de la capital afgana, Kabul, mientras que el presidente Ashraf Ghani huyó del país después de rápidas acciones militares durante la semana pasada.

La guerra en Afganistán “ha terminado”, anunció un portavoz de la oficina política de los talibanes, y agregó que “pronto” estará claro qué tipo de gobierno habrá bajo los talibanes 20 años después de que una invasión militar liderada por Estados Unidos los derrocara.

La misma fuente también agregó que el grupo estaba dispuesto a dialogar con “personalidades afganas”, a quienes se les garantizaba la protección necesaria, al igual que a los ciudadanos y misiones diplomáticas.

“Nuestro país fue liberado y los muyahidines ganaron en Afganistán”, dijo un miliciano a Al Jazeera desde el palacio presidencial.

Muchos ciudadanos llenaron las carreteras en su intento de salir del país, mientras que el aeropuerto de Kabul estaba bajo fuego, al tiempo que diplomáticos extranjeros y civiles llenaron los pasillos de pasajeros en su intento por dejar el país.

El Reino Unido anunció que mantendría su representación diplomática en el lugar, mientras que otros países occidentales como Estados Unidos e Italia en cambio evacuaron sus embajadas.

Los principales miembros de la comisión militar talibán llegaron el domingo al palacio presidencial en Kabul mientras los combatientes tomaban posiciones en toda la ciudad, con el fin de “evitar el caos y el saqueo después de que las fuerzas afganas los abandonaran”, según el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.

Ghani emitió un comunicado en Facebook el domingo, diciendo que abandonó el país para evitar el derramamiento de sangre. Aterrizó en Tayikistán y poco después partió hacia un destino desconocido.

Los talibanes arrasaron la mayor parte del país en poco más de una semana y llegaron a las puertas de la capital, Kabul, el sábado. Los insurgentes inicialmente se mantuvieron fuera de la ciudad, sosteniendo que querían una “transición pacífica del poder” para evitar que Kabul sufriera violencia. Pero habían dejado en claro que no involucrarían a Ghani en ninguna transferencia de poder, diciendo que no era “un presidente legítimo”.

Las Naciones Unidas instaron a los talibanes a “ejercer la máxima moderación para proteger vidas” en un comunicado del secretario general el domingo por la noche, en el cual se hizo hincapié en que las organizaciones humanitarias deben poder brindar asistencia sin obstáculos.

Se dice que Abdullah Abdullah, presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, está negociando un acuerdo después del cual se llevará a cabo una transferencia formal de poder a los talibanes en breve en Doha, Qatar.

El portavoz talibán Suhail Shaheen dijo desde Doha en un comunicado que se ha ordenado a los combatientes insurgentes no dañar a nadie ni atacar propiedades gubernamentales y privadas durante el curso de los avances militares.

Shaheen dijo que “cualquiera que sea declarado culpable será procesado y castigado severamente” por los talibanes. Insistió en que el grupo islamista ha mantenido desde el principio que quería una “transición pacífica del poder”, culpando al asediado gobierno de Ghani por “seguir adelante con la opción de la guerra”.

El domingo temprano, los talibanes tomaron el control de Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar y la última ciudad importante fuera de la capital bajo control del gobierno.

Se informó además que las fuerzas de seguridad también se estaban retirando de otros distritos de la provincia de Nangarhar, que limita con Pakistán y tiene uno de los cruces fronterizos clave hacia Pakistán a través de Torkhem.

También el domingo, Mujahid, el portavoz de los talibanes, dijo que sus combatientes tomaron el control de la base aérea de Bagram y la prisión de Parwan allí y liberaron a sus presos. Había alrededor de 5.000 prisioneros talibanes, al-Qaida e ISIS de alto perfil en Bagram, que sirvió como base principal para la misión militar extranjera dirigida por Estados Unidos en Afganistán.

La velocidad de la ofensiva de los talibanes ha conmocionado tanto a la población local como a la comunidad internacional. Si bien la violencia en el país ha sido alta desde 2020, después de que los talibanes firmaron un acuerdo con Estados Unidos, la última campaña contra las ciudades afganas ha sido inesperadamente rápida.

Los avances de los talibanes comenzaron con la capital de la provincia de Nimruz el 6 de agosto y nueve días después habían rodeado Kabul por todos lados.

Estados Unidos está enviando 1.000 soldados, además de los 3.000 que se ordenaron la semana pasada, para ayudar a evacuar al personal de la embajada. Se informó que los helicópteros transportaban al personal al aeropuerto de Kabul.

“Hemos comunicado a los representantes de los talibanes en Doha, a través de nuestro Comandante Combatiente, que cualquier acción de su parte sobre el terreno en Afganistán, que ponga en riesgo al personal estadounidense o a nuestra misión allí, se encontrará con una respuesta militar estadounidense rápida y firme”, dijo el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, según un comunicado de la Casa Blanca.

 

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