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Torturadores del régimen militar argentino condenados por delitos sexuales

Sábado, 14 de agosto de 2021 - 08:15 UTC
Acosta es violador además de asesino y torturador (Foto PERFIL) Acosta es violador además de asesino y torturador (Foto PERFIL)

Dos ex militares argentinos fueron condenados este viernes por delitos sexuales cometidos durante la dictadura de 1976-1983.

 El ex capitán de fragata de la Armada Argentina Jorge “Tigre” Acosta, quien estaba a cargo del centro clandestino de detención de la ESMA, fue sentenciado a 24 años de prisión, mientras que el ex agente de inteligencia Alberto “Gato” González fue sentenciado a 20 años de prisión luego de un juicio que se llevó a cabo de manera reservada a solicitud de las víctimas.

Las sentencias del viernes por “violación agravada” contra tres mujeres entre 1977 y 1978 se agregaron a las cadenas perpetuas que ambos hombres cumplen por crímenes de lesa humanidad.

En Argentina, desde 2012 la Fiscalía de Crímenes contra la Humanidad ha impulsado la persecución penal de estos delitos de violencia sexual cometidos durante la dictadura y los considera como autónomos con el propósito de establecer responsabilidades.

Los magistrados Adriana Palliotti, Daniel Obligado y Federico Grunberg del Juzgado Oral Federal Número 5 de Buenos Aires condenaron a Acosta por los hechos cometidos contra Silvia Labayrú, Mabel Zanta y María Rosa Paredes, mientras que González fue declarado culpable de las acciones contra Labayrú.

El tribunal desestimó el argumento de la defensa de Acosta de ne bis in idem (no ser juzgado dos veces por el mismo hecho), razón por la cual los delitos sexuales en la ESMA fueron juzgados por separado de los demás cargos de tortura, homicidio y desaparición. Los delitos sexuales contra mujeres detenidas ilegalmente en la antigua ESMA se llevaron a cabo durante 1977 y principios del año siguiente. Las tres víctimas testificaron en el juicio y confirmaron lo que sufrieron.

“Pasaron más de 30 años, a pesar de que los delitos sexuales fueron denunciados en el Juicio a las Juntas, pero no escuchados. Algunas de las sobrevivientes aún desconocen que fueron violadas. La vergüenza y la culpa, la condena social, la revictimización son barreras para todas las víctimas de violación, incluso hoy”, dijo Miriam Lewin, una periodista que estuvo cautiva en la ESMA y que testificó contra las Juntas Militares en los juicios de 1985.

Se creía que las mujeres sobrevivientes lo habían logrado porque “nos acostamos con los militares y lo habíamos hecho por nuestra propia voluntad”, dijo también Lewin.

La primera condena por abuso sexual en juicios de lesa humanidad se anunció en 2010 en Mar del Plata. Hasta entonces, estos cargos eran procesados como abuso y tortura.

“Hay muchos compañeras que todavía no pueden hablar de lo que les hicieron, de lo que les pasó. Porque no entienden que si no se hubieran sometido, habrían sido pasajeras en algún vuelo de la muerte. Hoy, por fin, como otros represores, el jefe del grupo de tareas de la ESMA y uno de los agentes fueron condenados por violadores. Ladrones de bebés, ladrones de propiedades y delincuentes sexuales. Hoy es un día histórico, reparador para todas las mujeres, no solo para las sobrevivientes de los campos”, prosiguió Lewin.

Categorías: Política, Argentina.