Un tribunal federal de la ciudad argentina de Rosario dictó este jueves una sentencia de cadena perpetua a cada uno de los cuatro acusados en el caso Klotzman por violaciones a los derechos humanos y asesinato durante la dictadura militar de 1976-1983.
Un ex capitán de Inteligencia del Ejército y cuatro ex policías federales fueron condenados a cadena perpetua por el Juzgado Federal Oral 2 (TOF2) de Rosario por delitos contra 27 militantes del Ejército Revolucionario Popular (ERP).
El Capitán del Ejército retirado Jorge Alberto Fariña y los ex policías Federico Almeder, Juan Langlois y Enrique Andrés López fueron declarados culpables de homicidio agravado, privación ilegal de libertad agravada, tortura agravada, supresión de identidad, secuestro, retención y ocultación de un menor de 10 años y asociación ilícita.
Al conocer el fallo, Patricia Maciel, hija de Mimí Inchaurraga y Rolando Pirulo Maciel, ambos secuestrados el 8 de agosto de 1976, dijo: Estoy muy satisfecha con la sentencia porque era lo que esperábamos con la importancia de involucrar también al otras fuerzas que ya sabíamos estaban operando pero que no habían sido juzgadas, como la Policía Federal y la Policía Provincial”.
Agregó que en mi caso, mis padres fueron desaparecidos, torturados y luego fusilados y llevo 45 años esperando esto, enfatizó.
Nora Lía Pastorini, hija de Alejandro Pastorini, una de las víctimas, dijo: Les pedí a los ingenieros de sonido que pasaran la canción 'Caminante, no hay camino', el poema de (Antonio) Machado que es precisamente el que cantó Ricardo Klotzman a Fernando Brarda, único superviviente de esta causa, para acompañarlo y apoyarlo en situaciones de tales tormentos que estaban sufriendo”.
Durante el juicio se conocieron los casos de 29 víctimas de terrorismo de Estado, la mayoría vinculados al ERP, de los cuales solo hubo 2 sobrevivientes.
El juicio incluyó el robo y supresión de identidad de una menor de 10 años, hija de los “desaparecidos” Ricardo Klotzman y Cecilia Barral, quien dio a luz en cautiverio, y cuya niña fue entregada en adopción legal a un matrimonio de la ciudad de Santa Fe. Esa niña, María Pía, supo su identidad en abril de 2011 tras las pruebas en el Banco Nacional de Datos Genéticos y se convirtió en la nieta número 103 recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo.