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Argentina y Bolivia tienen proyectos de ley en sus Parlamento para impulsar la transición a coches eléctricos

Martes, 20 de julio de 2021 - 10:15 UTC
Montenegro explicó que Bolivia tiene la intención de que los vehículos agrícolas también sean eléctricos. Montenegro explicó que Bolivia tiene la intención de que los vehículos agrícolas también sean eléctricos.

Así como la Comisión Europea envió la semana pasada un proyecto de ley al Parlamento Europeo sobre vehículos eléctricos, los Gobiernos de Argentina y Bolivia también están tomando caminos similares.

El Gobierno argentino dijo la semana pasada que deberá impulsar la producción local de autos eléctricos porque prevé falta de dólares estadounidenses para importarlos.

“Hacia fines de esta década, se avecina una conversión hacia vehículos eléctricos y vamos a trabajar con una ley para estimular la producción nacional. Si nos quedamos como un mero tomador de recursos tecnológicos de otros países, además de perder la producción argentina y las oportunidades laborales, no tendremos los dólares para importar”, dijo Matías Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo.

El ministro hizo esas declaraciones durante el lanzamiento del Plan de Desarrollo Productivo Verde, que contempla el uso del litio y del cobre extraídos en territorio argentino para el desarrollo de baterías de automóviles, ante la inevitable reconversión de motores de combustión a electrificados.

Kulfas explicó que para lograr esos objetivos “la minería es clave”, ya que la industria demandará litio y cobre. Por ello, hizo un llamado a “una minería sustentable que cuide el medio ambiente e incorpore una cadena de valor”.

Este plan está en línea con el Proyecto de Ley de Electromovilidad que el Gobierno Nacional envió al Congreso en marzo, por el cual se prohibiría la producción de vehículos que funcionen con combustibles fósiles a partir del 1 de enero de 2041. Como sucedió con el proyecto de ley europeo, ahora le toca al Congreso decidir sobre el tema.

Kulfas subrayó que el Gobierno estaba trabajando codo con codo con fabricantes de automóviles, empresas de autopartes y sindicatos, aunque el plan de electromovilidad no fue bien acogido por los industriales locales, quienes han expresado su decepción por no haber sido consultados antes de enviar el proyecto de ley al Congreso. También consideran que el Gobierno debe resolver primero otros problemas más urgentes, como la alta presión fiscal.

Argentina es tierra fértil en cuanto a la presencia de litio, una de las materias primas clave para la electromovilidad, necesaria para la producción de baterías para automóviles eléctricos. Según un informe de 2018, el 67% de las reservas probadas de litio y alrededor del 50 por ciento del suministro mundial se concentran entre Argentina, Bolivia y Chile, por lo que la región se conoce como “el triángulo del litio”.

Argentina “es el país con mayor cantidad de recursos con potencial valor económico, aunque no de probada factibilidad y rentabilidad, con algo más del 20% del total mundial. El litio disponible allí se concentra principalmente en tres provincias: Catamarca, Jujuy y Salta”, dice un informe estadounidense del USGS.

Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “Argentina tiene el potencial de convertirse en el principal productor mundial de carbonato de litio, tomando el punto de referencia comúnmente utilizado para medir la productividad del sector”.

BMW ya ha confirmado una inversión de 285 millones de euros para extraer litio de Argentina a partir de 2022 y utilizarlo en la producción de baterías para sus coches eléctricos. El proveedor de la marca alemana será Livent, una empresa norteamericana con sede en Catamarca.

Mientras tanto, Bolivia sumó una serie de beneficios fiscales a la ya existente eliminación de aranceles aduaneros para la importación de vehículos eléctricos e híbridos y sus repuestos.

El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, anunció la semana pasada que la medida buscaba “contribuir al mejoramiento del medio ambiente” y al “ahorro y eficiencia energética” a través de la “fabricación, montaje, compra e importación de vehículos y maquinaria agrícola eléctrica”.

“Este incentivo fiscal establece una tasa del 0% para el impuesto arancelario y una disminución del Impuesto Específico al Consumo (ICE) para estos vehículos eléctricos e híbridos, de tal manera que se pueda generar un entorno favorable para que podamos utilizar este tipo de vehículo y ahorrar energía“, agregó.

También se establecieron ”incentivos económicos” para la fabricación, montaje y compra de maquinaria agrícola y vehículos eléctricos e híbridos, así como equipos y accesorios para los correspondientes sistemas de energía y generación distribuida, prosiguió el ministro.

Según Montenegro, la norma establece que la infraestructura del sistema de recarga para vehículos eléctricos estará a cargo de la estatal Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), con la posibilidad de que inversores privados también puedan sumarse si así lo desean.

“Estamos convencidos de que este tipo de regulación incentivará, ayudará a la economía nacional, ahorrará energía y pasará a otra fase donde la economía boliviana también tiene que moverse en cuanto a modernizar su flota de vehículos con vehículos eléctricos que tengan mejor eficiencia y ahorro energético,” añadió.

El ministro también anunció que se había enviado un proyecto de ley al Poder Legislativo para reducir por un año el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que se aplica a la importación y comercialización de bienes de capital, plantas industriales, vehículos de carga de gran capacidad y maquinaria pesada para el sector agrícola e industrial.

Montenegro explicó que el arancel para estas importaciones “ya era cero” y ahora lo que se hará es bajar “temporalmente” el IVA, con el objetivo de promover la industrialización “en los sectores agrícola e industrial”.