La Federación Minera no sale a hacerle cosquillas a la gente, advirtió Paye Miles de mineros, cocaleros y activistas sindicales se congregaron en la sede del gobierno boliviano este lunes, marcando el primer día de una huelga general nacional contra la decisión del presidente Rodrigo Paz Pereira de eliminar los subsidios a los combustibles. La movilización, liderada por la Central Obrera Boliviana (COB), ha paralizado la capital y varios departamentos importantes.
Las protestas comenzaron en la madrugada del lunes cuando las delegaciones regionales se reunieron en El Alto antes de marchar hacia el centro de La Paz. Los manifestantes alcanzaron con éxito el perímetro de la Plaza Murillo, el corazón político del país, que permanece fortificada con unidades policiales y barricadas metálicas.
En Cochabamba, los sindicatos del transporte se unieron al movimiento, utilizando vehículos para crear barricadas que han bloqueado las principales avenidas del distrito norte de la ciudad. Informes similares de disturbios y cierres de carreteras han surgido desde el centro minero de Potosí, donde líderes regionales advirtieron que las tácticas se intensificarán a menos que el gobierno derogue el Decreto 5503.
La tensión llegó a su punto álgido la noche del lunes tras un intento fallido de diálogo en la Casa Grande del Pueblo (palacio presidencial). El secretario ejecutivo de la COB, Mario Argollo, y el líder minero, Andrés Paye, informaron que concurrieron a una reunión programada con el poder ejecutivo, pero encontraron al presidente Paz y sus ministros ausentes.
No se burlen de los mineros, advirtió Paye, secretario ejecutivo de la FSTMB (federación minera). Si nos vieron tranquilos hoy, se equivocan. La Federación Minera no sale a hacerle cosquillas a la gente.
Paz sostuvo una reunión por separado ese mismo día con aproximadamente 40 organizaciones sociales que apoyaban su decreto. Esta división ha llevado a los líderes sindicales a acusar al gobierno de comprar a sectores específicos para socavar la legitimidad de la huelga.
Tras el fracaso de la reunión, los líderes sindicales anunciaron una radicalización de las tácticas de presión para el martes. Si bien, según informes, el gobierno considera declarar el 26 de diciembre feriado nacional para calmar la indignación pública, la COB se ha comprometido a permanecer en las carreteras.
Vamos a cambiar la metodología y la estrategia, señaló Paye, sugiriendo que la huelga podría evolucionar de marchas callejeras a bloqueos viales más permanentes en toda la red vial nacional.