MercoPress. South Atlantic News Agency
Los chilenos votan en contra de los políticos tradicionales y exigen reformas sustanciales
La coalición gobernante de Chile del presidente conservador Sebastián Piñera fue la mayor perdedora del fin de semana Ninguno de los partidos políticos tradicionales de Chile ha logrado al menos un tercio de los escaños en juego en las elecciones del pasado fin de semana para nombrar una nueva Asamblea Constituyente que deberá redactar una nueva Constitución que reemplace a la de 1980 heredada de la dictadura militar de Augusto Pinochet.
La participación fue de alrededor del 37% de los 14,9 millones de votantes registrados, muy por debajo del 50,9% del plebiscito de octubre pasado.
La coalición gobernante del presidente conservador Sebastián Piñera fue la mayor perdedora del fin de semana, ya que una oposición de izquierda, aunque fragmentada, obtuvo una mayoría considerable de los 155 escaños.
Según las proyecciones, encabezan la lista 46 convencionalistas independientes que surgieron a partir del 18 de octubre de 2019 contra la clase política tradicional y exigieron cambios radicales. La alianza Chile Vamos de Piñera obtuvo 38 escaños, seguida de Apruebo Dignidad (integrado por el Frente Amplio y el Partido Comunista), con 28 escaños; Lista del Apruebo (Socialistas, Pepedé, Demócrata Cristianos) 25; Grupos indígenas 17 y Partido Humanista 1.
Lo que comenzó como una protesta en 2019 contra un alza en el precio de un boleto del Metro de Santiago -y que se asemeja a la revuelta de Colombia por un proyecto de reforma tributaria que ya fue retirado del Parlamento- ha recorrido un largo camino para poner fin a los últimos vestigios de la dictadura de Pinochet.
El conteo de votos seguía en la noche del domingo para gobernadores, alcaldes y concejales, mientrs el gobierno profundizaba su derrota con la pérdida de alcaldías emblemáticas como Viña del Mar, donde la diputada y ex presentadora de televisión Andrea Molina se ubicaba muy por detrás de Macarena Ripamonti del Frente Amplio, de 29 años de edad, lo que reflejan el reclamo básico de un recambio.
Mientras tanto, la ciudad capital de Santiago mantiene el suspenso donde la comunista Iraci Hassler, al grito de “POR UNA COMUNA DEMOCRÁTICA, FEMINISTA, SUSTENTABLE Y ANTINEOLIBERAL” parece encaminarse a impedir la reelección del experimentado alcalde Felipe Alessandri.
Al contrario de lo que predijeron las encuestas y con un sistema de conteo proporcional que favorece a los partidos políticos mayoritarios, los independientes lograron un resultado sin precedentes y serán la fuerza principal de la convención. Los candidatos independientes incluyen feministas, ambientalistas y otros grupos propensos a reformas.
“Los independientes obtuvieron un gran resultado pero la mayor sorpresa es el colapso absoluto de la derecha que, a pesar de ir en una lista unificada, no lograron sus objetivos”, dijo la analista Julieta Suárez-Cao, citada por la agencia de noticias española EFE.
También entre los perdedores estuvo el opositor partido Concertación, que junto a la alianza de Piñera han compartido el liderazgo de la política chilena en las últimas décadas. Así, ni la derecha ni la izquierda tradicional tendrán capacidad para controlar las decisiones de la Convención Constituyente.
Pero como la izquierda estará representada en la Convención, aunque no por sus políticos tradicionales sino por los nuevos actores del escenario político chileno, el excanciller y candidato presidencial Heraldo Muñoz, del Partido Socialdemócrata por la Democracia (PPD) pudo decir que “Es un rechazo a la derecha“.
”Hay un cuestionamiento de la clase política, la gente quiere cambios, quiere nuevas ilusiones, quiere propuestas”, agregó.
La anterior Carta Magna, redactada durante la dictadura de Pinochet (1973-1990), es considerada como el origen de las desigualdades sociales en Chile. La reforma constitucional fue la forma que encontró el sistema político para apaciguar las masivas manifestaciones que estallaron el 18 de octubre de 2019, dejando una treintena de muertos y daños millonarios en comercio y mobiliario público. Casi un mes después del inicio de esas protestas, cuando varios edificios ardían en Santiago, las fuerzas políticas anunciaron un acuerdo para convocar a un plebiscito para decidir sobre el cambio de Constitución, que finalmente se realizó el 25 de octubre de 2020.
