El gobierno de Uruguay ordenó la interrupción de las clases presenciales y el cierre de las oficinas públicas no esenciales hasta finalizada la Semana de Turismo (Semana Santa), según anunció el martes el presidente Luis Lacalle Pou en rueda de prensa tras un largo Consejo de Ministros.
Lacalle tomó esta decisión luego de conversar con sus asistentes y confirmar que la variante P1 de el coronavirus, proveniente de Brasil, circulaba con fuerza en varios departamentos, entre ellos Montevideo.
“No estamos a favor del confinamiento total o la cuarentena obligatoria”, dijo Lacalle al tiempo que pidió responsabilidad individual y solidaridad. Cambiando el discurso del quedate en casa del año pasado, el presidente anunció que ahora la premisa es “quédese dentro de su burbuja y de su círculo familiar”, agregó. En un tono más optimista, el presidente celebró la firma de un acuerdo por otras 1.250.000 dosis de la vacuna Sinovac y se mostró confiado en el trabajo de de inmunización que lleva adelante su país.
Solo las agencias estatales que brindan servicios esenciales permanecerán operativas, explicó Lacalle. Las fronteras seguirán cerradas. También se prohibieron espectáculos y reuniones públicas hasta el 12 de abril, entre otras medidas destinadas a frenar las infecciones.
El Presidente anunció enfáticamente que las fuerzas del orden tienen instrucciones de utilizar la fuerza si es necesario para disolver cualquier aglomeración en el espacio público. Esto hace alusión a los hechos ocurridos en el último mes, cuando se registraron concentraciones y marchas masivas, especialmente en Montevideo. Una de ellas fue el pasado Día Internacional de la Mujer, que reunió a miles de personas en las calles el 8 de marzo y las fuerzas del orden no actuaron –a pesar de estar vigente una ley contra el derecho de reunión– por temor al costo político que tendría el hecho de reprimir un acto feminista.
En las 24 horas previas a esta decisión se detectaron 2.682 nuevos casos de covid-19 y 19 defunciones, según el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), que informó que en menos de 24 horas los casos se duplicaron y la barrera de las 2.500 personas infectadas. en un solo día había sido superado. Datos posteriores en las primeras horas del miércoles ya daban cuenta de un aumento del número de casos, tanto de decesos como de infecciones.
El gobierno también ha ordenado que los bares cierren antes de la medianoche, junto con el cierre total de las tiendas fronterizas libres de impuestos y se prohibieron por completo las reuniones sociales y las fiestas.
Por el momento, los eventos deportivos profesionales se mantendrán según lo programado, pero los clubes y gimnasios cerrarán sus puertas al menos hasta el 12 de abril.
Consultado sobre los casinos, Lacalle admitió cierta presión por parte de los alcaldes locales para quienes la actividad es muy significativa y dijo a título personal que estaba a favor de un horario limitado. En tanto, las termas de Salto y Paysandú permanecerán cerradas durante la Semana del Turismo, a pesar de que las reservas alcanzan a casi el 100 por ciento, según los operadores que esperaban revertir sus déficits.
Lacalle también explicó que hemos tomado medidas encaminadas a reducir la movilidad y una vez más la acción del gobierno debe ir acompañada necesariamente de comportamientos individuales.
Las medidas pretenden centrarse en frenar los ingresos a los Centros de Tratamientos Intensivos (CTI), lo que también ha llevado al Ministerio de Salud Pública a ordenar la suspensión de todos los procedimientos quirúrgicos no vitales hasta el 30 de abril.
Otras medidas anunciadas por Lacalle incluyen el regreso del impuesto covid-19 sobre los salarios de los funcionarios durante dos meses. La recaudación se destinará a subvenciones para actividades dañadas por la movilidad reducida y los sectores más afectados por las medidas.