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Presidente argentino desata conflicto diplomático con Ecuador: “Yo no soy Lenín Moreno”

Viernes, 12 de marzo de 2021 - 09:05 UTC
Quito “rechazó enfáticamente las expresiones del presidente Alberto Fernández, las cuales considera una inaceptable intervención en los asuntos internos de otro Estado” Quito “rechazó enfáticamente las expresiones del presidente Alberto Fernández, las cuales considera una inaceptable intervención en los asuntos internos de otro Estado”

El lunes pasado el presidente argentino Alberto Fernández brindó una entrevista televisiva que indagó en la relación con su vicepresidenta, Cristina Kirchner, y con el objetivo de borrar dudas y descartar las versiones que indican que ambos funcionarios no tienen un buen vínculo dijo una frase que desató el malestar en el gobierno de Ecuador: “Yo no soy Lenín Moreno”.

Así, con esas cinco palabras, el mandatario argentino aludió su par ecuatoriano, quien ganó las elecciones hace cuatro años apoyado por el ex mandatario Rafael Correa pero luego, al asumir el cargo, lo abandonó y se distanció de su figura, lo que para muchos fue entendido como una traición. Y quien además a tres meses de llegar al poder echó a su vicepresidente, Jorge Glas, mientras era investigado por el escándalo de corrupción vinculado a la constructora brasileña Odebrecht.

“Yo no soy Lenín Moreno. Los que imaginaron eso, no me conocen. Yo puedo tener diferencias con Cristina. Las tengo. Tenemos miradas diferentes en algunas cosas, pero acá llegué con Cristina y de acá me voy con Cristina”, agregó el mandatario en diálogo con C5N y causó un revuelo que hace unas horas llevó a Ecuador a tomar una decisión.

Ecuador llamó a consultas a su embajador en la Argentina, Juan José Vásconez, para realizar un “análisis exhaustivo de las relaciones”, según anunció la cancillería ecuatoriana tras una “enérgica protesta” de Quito ante los dichos de Fernández.

“El Gobierno Nacional ha decidido llamar a Consultas al Embajador del Ecuador en la Argentina Juan José Vásconez, con el objeto de proceder a un análisis exhaustivo de las relaciones de Ecuador con el gobierno del presidente Alberto Fernández e impartirle las instrucciones correspondientes”, señaló el comunicado.

Asimismo la cancillería indicó que Quito presentó una “enérgica protesta” ante Buenos Aires por los dichos de Fernández contra Moreno, lo que fue considerado como “intervención en los asuntos internos”. El gobierno ecuatoriano “rechazó enfáticamente las expresiones utilizadas por el presidente Alberto Fernández, las cuales considera una inaceptable intervención en los asuntos internos de otro Estado”, explicó otro comunicado.

En su carta de protesta, dirigida a la cancillería argentina a través de Vásconez, Ecuador indicó que “no acepta que se realicen comparaciones insultantes para con el presidente” Moreno.

Lenín Moreno, que fue vicepresidente de Rafael Correa, mantiene en la actualidad una fuerte pugna con el ex mandatario. El presidente ecuatoriano, cuyo mandato de cuatro años concluirá el próximo 24 de mayo, llegó al cargo aupado por Correa, quien lo califica de “traidor”. Rafael Correa durante sus presidencias fue un fuerte aliado de la ex presidente y actual vice presidencia, Cristina Kirchner.

Correa, quien vive en Bélgica, fue condenado en ausencia en 2020 a ocho años de cárcel por corrupción y también enfrenta un juicio por el fugaz secuestro de un opositor en Colombia en 2012. El ex gobernante socialista, quien se considera un perseguido político del gobierno de Moreno, sostiene que enfrenta casi cuarenta procesos judiciales en el país, varios por presunta corrupción.

“El sistema de justicia del Ecuador goza en la actualidad de absoluta independencia y autonomía en todos sus actos y, el trabajo que viene realizando en la lucha contra la corrupción, tiene el único propósito de devolver el estado de derecho y la libertad de acción al poder judicial ecuatoriano”, indicó la cancillería desde Quito.

No es la primera vez que el presidente argentino genera conflictos diplomáticos en su verborragia, ocurrió con Chile al abiertamente apoyar la oposición, al cuestionar la efectividad de la campaña de vacunación del país vecino, con Suecia por razones similares referidas a la pandemia, y ni que hablar de Brasil y el intercambio de epítetos con el presidente Bolsonaro.