El presidente Alberto Fernández arribó el domingo por la noche a la ciudad jujeña de La Quiaca para despedir al ex mandatario de Bolivia Evo Morales, quien regresará el lunes a su país después de un año de exilio, y advirtió que lo más tremendo que pasó en los últimos cuatro años fue la desintegración de América Latina.
Fernández compartió una cena con Morales, quien el lunes emprenderá una caravana de dos días para arribar el miércoles próximo al Trópico de Cochabamba, su tierra natal, a un año de haber sido forzado a renunciar a la presidencia de su país.
El mandatario agradeció a la gente que pese al clima esperó durante tanto tiempo para saludarlos y renovó su mensaje de que, pese a la pandemia de coronavirus, el país va a salir y cada vez está más cerca.
Mientras tanto hay que cuidarnos y ser respetuosos de la enfermedad, que es muy perversa, añadió el Presidente.
Enfundado en un poncho, y haciendo uso de un barbijo, Fernández se acercó a saludar a las personas que estuvieron esperando su llegada.
El mandatario reflexionó además que lo más tremendo que nos pasó en estos 4 años fue la desintegración de América Latina y el sometimiento de la región a intereses que no son los que los latinoamericanos necesitamos, por lo que consideró un gran paso la victoria de Luis Arce en Bolivia.
Sobre la caravana que emprenderá el lunes Morales, Fernández expresó: Volverá a su casa, que es de donde nunca debería haber salido. Somos muchos los argentinos que lo que queremos y valoramos.
Tras haber visitado a la dirigente social Milagro Sala en San Salvador de Jujuy, Morales será despedido el lunes a las 10:00 por Fernández.