China consolidó en gran medida su posición como el principal acreedor de los países pobres, muy por delante de Japón, según informó el Banco Mundial (BM). De acuerdo a los datos del organismo, la parte del gigante asiático en el pasivo total adeudado a los países del G20 por otras naciones aumentó del 45% en 2013 al 63% a fines de 2019.
Durante el mismo período, la parte de Japón, el segundo mayor acreedor en el G20, se mantuvo prácticamente sin cambios en torno a una participación del 15%.
En abril, el G20 presentó la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI por sus siglas en inglés) para aliviar a los países más vulnerables golpeados por la pandemia de Covid-19. Esto comenzó a regir el 1° de mayo y tendrá vigencia durante un año.
Esta iniciativa beneficia a más de 70 países pobres, incluidos Honduras, Haití y Nicaragua en América Latina.
La deuda total de los países elegibles para la DSSI subió un 9,5% en 2019, antes de la pandemia, a US$ 744.000 millones, una cifra récord. Sobre este monto, US$ 178.000 millones corresponden a deuda bilateral, en su mayoría con miembros del G20.
El FMI, el Banco Mundial y el G7 han pedido que se extienda, lamentando la falta de participación de los acreedores del sector privado, lo cual debilita la iniciativa. A fines de septiembre, los ministros de Finanzas del G7 dijeron que estaban a favor de extender la moratoria, pero pidieron una participación justa entre todos los acreedores.
También lamentaron profundamente las medidas adoptadas por algunos países para evitar participar en esta iniciativa, por ejemplo, clasificando a sus instituciones públicas como prestamistas comerciales.
Sin nombrarlo, apuntaron implícitamente a China, cuyo Banco de Desarrollo es considerado por Beijing como un banco comercial, lo que permite que no sea incluido en una iniciativa de moratoria de deuda.
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, subrayó su frustración durante una conferencia telefónica. Además, lamentó la participación parcial de los acreedores bilaterales oficiales.
Algunos de los mayores acreedores bilaterales oficiales, incluidos algunos de China, aún no participan en la moratoria, dijo.
Según el G7, la DSSI ya ha permitido a 43 países diferir US$ 5.000 millones en pagos oficiales del servicio de la deuda para liberar dinero que permita responder a las necesidades de la pandemia.