Una batalla ha empezado a gestarse por el control del principal banco de desarrollo de América Latina. Por un lado, el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, busca contrarrestar la creciente influencia de China, mientras que por el otro se levanta una sigilosa rebelión de países irritados ante la idea de perder las riendas de su prestamista regional.
Trump ha elegido a su asesor Mauricio Claver-Carone, conocido por su enfoque directo y su ruda postura en torno a Venezuela y Cuba. Claver-Carone es el favorito para ganar la votación y liderar el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en septiembre, con el respaldo de países como Brasil y Colombia.
Sin embargo, su candidatura ha disgustado a otros en la región. Sería la primera persona de fuera de América Latina en dirigir el BID, con sede en Washington, un pariente más pequeño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que ha estado encabezado por latinoamericanos desde su fundación en 1959.
Argentina, quien tiene su propio candidato, Gustavo Béliz, está a favor de posponer la votación hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos -el 3 de noviembre- con la esperanza de debilitar la posición de Claver-Carone si Trump pierde, dijeron dos fuentes del Gobierno en Buenos Aires.
Es probable que México respalde a Argentina, pese a enfrentarse a un complicado acto de equilibrio político.
La disputa refleja un enfrentamiento geopolítico más amplio en América Latina, considerada por mucho tiempo como parte de la esfera de influencia de Estados Unidos pero que se ha acercado a la órbita de China, el principal consumidor de sus productos básicos y un prestamista con cada vez mayor peso.
China ha sido “definitivamente un factor importante” en la decisión de Washington de presentar un candidato, dijo un alto funcionario estadounidense, que describió a Claver-Carone como una “persona que dice y hace las cosas”.
Las tensiones entre Estados Unidos y China se han incrementado durante el mandato de Trump, perjudicadas además por el avance económico y geopolítico de Beijing a nivel global.
En reciente entrevista, Claver-Carone consideró que ha habido un retroceso regional respecto a su candidatura, pero intentó bajarle el perfil al asunto y dijo que tenía un apoyo “abrumador”, citando el respaldo público de 15 países.
“Creo que posiblemente habrá aún más (apoyo), todos quieren vernos tener éxito porque es bueno para sus países”, dijo. “Cualquier esfuerzo de un país para tratar de retrasar las elecciones (en el BID) va en contra de la voluntad de la abrumadora mayoría de la región”, sostuvo.
Un candidato necesita el respaldo de al menos 15 de los 28 países miembros en la región y una mayoría del voto total para ganar. El porcentaje de control de votación se relaciona con las acciones de cada país en el banco y debe haber al menos un 75% para el quórum o la votación debe reprogramarse.
En un futuro cercano, el BID deberá ayudar a los países de Latinoamérica con problemas de liquidez a recuperarse de los estragos de la pandemia del COVID-19. Claver-Carone dijo que quiere aumentar el capital del banco y ayudar a los países que, según él, han recibido préstamos chinos poco transparentes.
También expresó que Estados Unidos quiere ofrecer incentivos a las empresas para que lleven hasta 50.000 millones de dólares en inversión estadounidense a América desde Asia.
Bloquear la elección de Claver-Carone podría resultar difícil debido a la influencia de Estados Unidos, quien posee el 30% del poder de voto sobre el banco.
Fuentes del gobierno argentino dijo que la apuesta de Estados Unidos por el cargo se enfocaba más en contraponerse a China y menos en el desarrollo regional, así también como en un intento de ganarse a los votantes de Florida que están de acuerdo con las políticas de Claver-Carone respecto a Cuba y Venezuela.
La fuente expresó que retrasar las elecciones en el BID sería una tarea “difícil, pero no imposible”.
Argentina, el mayor deudor del BID el año pasado, tiene poco más del 11% de participación en la votación, mientras que México tiene más del 7%, lo que significa que necesitarían de un apoyo mayor para retrasar la votación.
Un funcionario del gobierno mexicano dijo que era poco probable que el país apoyara a Claver-Carone, debido a sus afiladas opiniones. Otro funcionario fue más discreto, subrayando las sensibilidades diplomáticas para México si se opone abiertamente a Trump.
Chile y Perú, que son administrados por gobiernos de centro y controlan menos del 5% de los votos combinados del BID, aún no han declarado públicamente su posición.
Ex presidentes y ministros latinoamericanos de todos los partidos políticos han expresado su oposición a la nominación de Claver-Carone, incluyendo exfuncionarios de Argentina, Brasil, Chile y Colombia.
En Estados Unidos, el senador demócrata Patrick Leahy dijo que Claver-Carone era “el candidato equivocado” y lo llamó el “arquitecto” de las “políticas más ideológicas de Trump” en torno a Latinoamérica.
Susana Malcorra, canciller argentina durante la anterior administración que firmó una carta donde expresa su desacuerdo con el candidato estadounidense, dijo que la región necesitaba “encontrar una manera de detener este proceso” para darle a los países latinoamericanos la oportunidad de consensuar un candidato.