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Acreedores de Argentina divididos, algunos bonistas aceptan la última propuesta

Viernes, 24 de julio de 2020 - 07:53 UTC
“Sabemos que, si el gobierno argentino realmente hace una oferta racional, los fondos grandes no pueden quedar afuera”, razonó Humes. “Sabemos que, si el gobierno argentino realmente hace una oferta racional, los fondos grandes no pueden quedar afuera”, razonó Humes.

El CEO de Greylock Capital, Hans Humes, integrante del comité de acreedores de la Argentina, sostuvo este jueves que la oferta de reestructuración de deuda presentada por el Gobierno de Alberto Fernández es “suficientemente buena”, y consideró que los grupos que presentaron el lunes último una contrapropuesta “piden demasiado”.

La contrapropuesta fue presentada por el Grupo Ad Hoc de Accionistas de Bonos Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Accionistas de Bonos de Intercambio.

Por su parte, Humes, acreedor de la Argentina que tiene una vasta experiencia en materia de reestructuraciones, cuestionó la dureza del fondo Blackrock y de otros acreedores y deslizó que esto es producto de falta de experiencia en este tipo de operaciones.

El CEO de Greylock dijo que “muchos fondos que no participaban en renegociaciones soberanas en el pasado han entrado en el proceso, pero demuestran una cierta falta de experiencia”.

“La experiencia de los abogados de los fondos viene de ambientes mucho más agresivos que los que tenemos en mercados emergentes y están mostrando una cierta agresividad, que desde mi punto de vista, no tiene sentido”, subrayó en una nota con radio Continental.

Sobre la reticencia demostrada por fondos como BlackRock, Humes -en un contacto mantenido desde EEUU, donde reside-, dijo que “tal vez es una cuestión de ego”. “Si estamos tratando de negociar tenemos que escoger lo que es importante de nuestro lado”, agregó.

Humes destacó la necesidad de “mostrar flexibilidad de un lado y de otro”, y resaltó que la propuesta de ministro de Economía, Martín Guzmán, se “ha movido muchísimo en los últimos meses”, por lo que “hemos llegado a un punto aceptable”.

Agregó que “lo más importante es demostrar apoyo a lo que ofreció el Gobierno”, por lo que “trato de empujar a otros acreedores para que acepten”.

“Sabemos que, si el gobierno argentino realmente hace una oferta racional, los fondos grandes no pueden quedar afuera”, razonó Humes.

El CEO de Greylock consideró que hay margen de “flexibilidad del lado argentino en asuntos legales de la transacción y otras cosas que deben ser importantes del lado de los acreedores”, por lo que todavía “hay espacio para negociar algo”.

”Los acreedores deben reconocer, si estamos hablando del precio, del valor de la transacción, que la diferencia entre 53,5 y 56 (dólares de valor presente de los bonos) eso realmente no vale mucho“, opinó.

Para el titular de Greylock, ”si la Argentina puede crecer y puede ir arreglando sus problemas, ese descuento puede ser menor y hay espacio para ganar más dinero”.

En este marco, cuando faltan apenas 12 días para que culmine la oferta argentina -el plazo fijado vende el 4 de agosto-, desde el gobierno insisten en que la propuesta presentada el lunes 6 de julio ante la SEC (la comisión de valores de EEUU) es la última.

Esta posición fue explicitada el martes pasado por el presidente Alberto Fernández ante empresarios e inversores en el marco de un encuentro organizado por el Consejo de las Américas.

Según versiones que circulan en el mercado, desde el Palacio de Hacienda deslizaron que habría cierto margen para considerar algunos retoques legales en la propuesta, bajo la condición que los acreedores que aún se muestran disconformes modifiquen esa posición.

Blackrock, el más duro de los acreedores, logró acordar con otros dos grupos de acreedores la presentación de una contra oferta conjunta, que se conoció el pasado lunes, que pide mejorar la parte económica y las cláusulas legales en favor de los acreedores.

En base a cálculos del mercado, la distancia entra ambas partes se calcula en un total de US$ 1.600 millones en el plan económico.