Con casi 26.000 casos (1,266 notificados el miércoles) y 735 fallecidos (18 más en el último día) por COVID-19, el gobierno argentino analiza poner reversa en el proceso de apertura de las medidas adoptadas para frenar la pandemia.
La situación argentina no se puede comparar con el caos en que está Brasil -segundo país del mundo con más casos y tercero en número de muertos-, pero por ahora no logran contener el virus.
“Hay que ir con un pie en el acelerador y el otro en el freno”, le repite el ministro de Salud, Ginés González García, al presidente Alberto Fernández, informó el diario La Nación, y agregó que en función del aumento de casos y las imágenes de desbordes a la cuarentena en la ciudad de Buenos Aries, el presidente Fernández “no descarta” retornar a mayores restricciones.
“Una de las cosas que tenemos en cuenta es la velocidad de contagio, que hoy es la más alta que hemos tenido desde el día cero, con lo cual, en verdad, tendríamos que estar en la fase 1, la cuarentena absoluta. Hay una serie de reclamos, todos legítimos, que piden levantar la cuarentena. Eso multiplica el riesgo”, aseguró Fernández en declaraciones a radio 10.
Según La Nación, cerca del Presidente aseguran que este “regreso” a una etapa de restricciones casi absolutas “depende de la evolución del virus”. Y sostienen que, a pesar de los reclamos de ciudadanos y la oposición política luego de más de tres meses de cuarentena, “si es necesario, se volverá atrás” con las flexibilizaciones ya autorizadas.
En el comité de especialistas que asesora al gobierno las opiniones en favor de endurecer las medidas son coincidentes, aunque tienen matices. “Tenemos que bloquear el crecimiento de la curva ya”, dijo a FM Futurock el infectólogo Omar Sued. “Tal vez tengamos que volver a períodos de cierre cortos, por algunos días, para controlar un poco la curva”, dijo este especialista y estimó como “probable” tener que “tomar una decisión antes del 28 de junio”, fecha en la que vence la nueva etapa de la cuarentena.