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Dos visiones del impacto económico de la pandemia en Estados Unidos

Viernes, 22 de mayo de 2020 - 08:40 UTC
En menos de siete semanas, más de 36 millones de personas se inscribieron en Estados Unidos para recibir el seguro de desempleo, lo que supone la mayor caída económica desde la Gran Depresión. En menos de siete semanas, más de 36 millones de personas se inscribieron en Estados Unidos para recibir el seguro de desempleo, lo que supone la mayor caída económica desde la Gran Depresión.

El secretario del Tesoro y el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos hablaron sobre la crisis económica provocada por pandemia y, mientras el primero apoyó la presión de la Casa Blanca para reabrir la economía, el segundo propuso más ayuda estatal para trabajadores, empresas y estados.

La puja de estas dos visiones dentro del Estado norteamericano se da mientras Nueva York, el epicentro del brote, continuó reabriendo sus distritos y solo dejó bajo cuarentena a la ciudad homónima y a todas las regiones lindantes con ella.

Con más de 1,5 millones de infectados y más de 91.500 muertos, más de dos tercios de los estados del país ya comenzaron a reabrir sus economías, como exige el presidente Donald Trump, aún distritos como Florida, en donde el brote continúa creciendo.

El estado sureño registró una disminución de los casos nuevos, pero duplicó los muertos.

Según informó el Departamento de Salud local, se registraron 502 infectados en las últimas 24 horas y 55 fallecidos, la mayoría concentrados en dos condados: Miami-Dade y Broward.

Estas cifras, sin embargo, generan tanta presión pública como las largas colas que se vieron hoy en el barrio conocido como Pequeña Habana para recibir comida gratis.

En menos de siete semanas, más de 36 millones de personas se inscribieron en Estados Unidos para recibir el seguro de desempleo, lo que supone la mayor caída económica desde la Gran Depresión.

El gobierno de Trump se ha puesto como prioridad recuperar la economía del país, especialmente antes de las elecciones de noviembre próximo cuando el mandatario se juega su reelección, y, por eso, actualmente discute con la oposición cómo debe ser el nuevo paquete de estímulo.

En el marco de esa disputa, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, comparecieron frente a la Comisión Bancaria del Senado y ofrecieron dos visiones marcadamente diferentes.

Mnuchin advirtió que “existe un riesgo de daño permanente” a la economía estadounidense, si no se avanza hacia una reapertura nacional.

El miembro del gobierno de Trump reconoció que las cifras del segundo trimestre del año serán malas, pero pronosticó que “las condiciones económicas mejorarán en el tercer y cuarto trimestre del año”.

Tanto la Casa Blanca como las bancadas oficialistas en el Congreso rechazan que el próximo paquete de estímulo económico, valuado en unos 3 billones de dólares, incluya rescates a estados o ayudas directas que puedan terminar en manos de inmigrantes que viven sin papeles, dos iniciativas incluidas en el proyecto de ley que ya tiene media sanción de la cámara baja.

Powell, en cambio, no pidió una reapertura inmediata, sino la aprobación, lo antes posible, de ayudas directas a estados, condados, ciudades, empresas y trabajadores para evitar una mayor recesión, según el canal CNN.

“Lo que el Congreso hasta ahora ha sido muy poderoso y adecuado. Pero necesitamos dar un paso atrás y preguntarnos: '¿Es suficiente?'”, sostuvo frente a los senadores.

El nuevo paquete de estímulo que tiene media sanción incluye un billón de dólares para rescatar a los estados y gobiernos locales más golpeados por la pandemia, y como una nueva partida de cheques directos a millones de trabajadores, esta vez incluidos los inmigrantes sin residencia legal.

Desde Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo se volvió a sumar a esta pulseada federal y, además de rescates a los estados, le pidió que acepte poner condiciones a las ayudas directas a empresas.

“Aprendimos a las malas en 2008 lo que supuso dar sin control millones de dólares público a empresas y bancos para estabilizar la economía tras el escándalo de las hipotecas. ¿Y qué hicieron? Los mismos que crearon el escándalo y a los que salvaron los contribuyentes se repartieron bonos e hicieron fiestas”, aseguró el gobernador y pidió que no se repita.