La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, indicó que el organismo multilateral “está replanteando las recomendaciones de políticas para mercados emergentes”, y, entre ellas, admite la posibilidad de usar controles de capitales y tipo de cambio fijo, según las particularidades de cada economía.
Georgieva publicó una nota de opinión de en el diario londinense Financial Times, cuando faltan pocos días para la celebración la cumbre del G20 de ministros de Economía en Arabia Saudita, a la que concurrirá el jefe del Palacio de Hacienda de la Argentina, Martín Guzmán.
También cuando la discusión con la Argentina, el mayor país emergente deudor del FMI, se encuentra en un punto de tensión, de cara a la reestructuración de la deuda del país y de la propia renegociación del programa suscripto con el organismo.
Días atrás Georgieva recordó que el Fondo no puede aceptar quitas para la Argentina, según los estatutos legales del organismo, y en la nota retomó la discusión de una mayor flexibilidad del organismo, pero a la hora de las recomendaciones de sus políticas.
Sin mencionar a la Argentina y otros países que padecieron shocks externos con crisis de deuda y tipos de cambio, Georgieva admitió que los tipos de cambio flexibles, que tradicionalmente se utilizaban como recomendaciones del organismo ante eventuales crisis, pueden no ser el amortiguador más adecuado para las economías de mercados emergentes bajo presión.
Nuestro nuevo esquema de políticas integradas reevaluará los costos y los beneficios de cuatro herramientas, de política monetaria, políticas macro-prudenciales, intervenciones en el tipo de cambio y medidas de flujos de capitales, consideró.
Georgieva reconoció que el esquema vigente está plantado en un pensamiento más convencional.
Puso como ejemplo usar la tasa de tipo de cambio como un amortiguador de los shocks, esto es, dejando flotar el tipo de cambio ante una eventual crisis cambiaria.
Este enfoque no toma en cuenta en las características propias de mercados emergentes que alteran las respuesta de sus economías a flujos externos y llamarían a una prescripción de políticas diferente, expresó Georgieva, alentando el nuevo enfoque, y la luz de la experiencia de los programas recientes que mantuvo el Fondo con los países emergentes, entre ellos la Argentina.
Este cambio de visión no ocurrió de la noche a la mañana y es producto de un largo proceso, alentado por la necesidad de encontrar nuevas respuestas a las crisis financieras internacionales, sobre todo después de las gran debacle del 2009.
Pero los dichos de Georgieva cobran relevancia como antesala de la cumbre económica del G20, que ya dio el visto bueno el año pasado en Japón sobre el progreso reciente de su enfoque múltiple para abordar las vulnerabilidades de la deuda emergente, y manifestó su apoyo a su mayor implementación, según el comunicado de ministros.
También en el 2019, la economista jefe del FMI, Gina Gopinath, presentó el nuevo enfoque en la tradicional reunión anual de presidentes de bancos centrales en JacksonHole celebrada en agosto, con los resultados de una investigación del Fondo.
Allí expresó que bajo determinadas condiciones un país podía tender beneficios aplicando control de capitales y tipos de cambio fijos, algo que históricamente fue considerado una política no ortodoxa en el seno del propio organismo.
Asimismo, en noviembre de 2018, el director gerente en funciones luego de la salida de Christine Lagarde, David Lipton, precisó estos conceptos ante medios internacionales, y la actual jefa del Fondo, Georgieva, se prepara ahora para presentar los avances en este sentido en la cumbre de Arabia Saudita.
La motivación del Fondo para alentar esta cambio, según Gopinath es que primero, hemos sido testigos de muchos países que adoptaron enfoques más eclécticos además de la política monetaria simple y tipos de cambio flotantes para hacer frente a los choques.
Segundo, apuntó a que la evidencia empírica es inconsistente con algunas de las suposiciones subyacentes al modelo Mundell-Fleming, el marco de referencia, que alienta tipos de cambios flexibles para pequeñas economías, para alentar el comercio exterior.