La negativa del gobierno de Venezuela de recibir a una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) demuestra el miedo del gobierno de Nicolás Maduro que se conozca la realidad del país, manifestaron este martes en Panamá los miembros del organismo rechazados por Caracas.
Nosotros interpretamos esta medida como algo que representa un miedo, es propio de regímenes autoritarios no abrirse al escrutinio internacional en materia de derechos humanos, dijo Paulo Abrão, secretario ejecutivo de la CIDH.
Agregó que si hay un intento del gobierno de esconder algo, no alcanzará sus objetivos porque la Comisión accederá a estos testimonios e informaciones y las vamos a documentar.
La CIDH había previsto una visita a Venezuela desde este martes y hasta el 8 de febrero, pero el presidente Nicolás Maduro ya había advertido que la delegación no estaba autorizada.
La presidenta de la CIDH, Esmeralda Arosemena, Abrão y el relator para la libertad de expresión, Edison Lanza, contaron que cuando se disponían a tomar su vuelo, la aerolínea panameña Copa no les permitió abordar el avión por la negativa de Caracas a dejarlos entrar.
Esta es una situación lamentable porque la Comisión Interamericana tiene un mandato para observar la situación de los derechos humanos en todo el continente, pero particularmente en países que estén atravesando crisis, indicó Arosemena en hotel de Ciudad de Panamá.
Contó, además, que la CIDH había preparado un plan B, que consiste en trasladarse a la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta para reunirse con organizaciones venezolanas este jueves y viernes.
La CIDH pertenece a la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo del que Venezuela se retiró en 2019, luego de que la entidad panamericana amenazara con iniciar el proceso de expulsión del país tras desconocer los resultados electorales con los cuales Maduro obtuvo su segundo mandato.