Una fuerte crítica y polémica se desató entre la industria de productos de mar de las Islas Falklands y el gobierno a propósito del nuevo régimen de pesca, y los aranceles para el sistema de Cuotas Individuales Transferibles, sobre todo para la merluza negra y el calamar Loligo, incrementados en 50%, que según el sector estarían entre los más altas del mundo y condicionarían el costoso proceso de renovación de los pesqueros