Luego de dos maratónicas jornadas de negociaciones, y cuando la crisis social en Chile ya va a cumplir un mes desde que estalló, finalmente comenzó a salir humo blanco respecto al debate para redactar una nueva Constitución, gracias al histórico acuerdo que están ad portas de alcanzar este jueves todas las fuerzas políticas del país.
La idea, según señalaron desde la coalición de gobierno Chile Vamos, es que sea la ciudadanía la que decida si es que es necesario modificar la Carta Magna, junto con el mecanismo para hacerlo, a través de un plebiscito que se celebraría en abril del próximo año.
El senador RN Francisco Chahuán explicó que las opciones que se barajan hasta ahora son dos: una convención constituyente mixta, compuesta por una mitad de parlamentarios activos y otros que serían electos; y otra con miembros totalmente nuevos. Esto, de acuerdo al parlamentario, implica con un quórum de dos tercios para todas las medidas que ahí se planteen e incluye un plebiscito ratificatorio.
Alternativa que fue aprobada por la totalidad del oficialismo, pese a la distancia que en un principio mantuvo la UDI sobre este tema. O sea, vamos a tener dos plebiscitos, uno de entrada y otro de salida con la posibilidad de, si es que se resuelve modificar la Constitución, establecer una fecha para la elección de los constituyentes, agregó Chahuán, junto con pedir que el acuerdo incluya un firme rechazo a la violencia y a sacar adelante los proyectos de seguridad pública.
Es por eso que la negociación se extendió en la ex sede del Congreso Nacional en Santiago, donde los principales representantes de la ex Nueva Mayoría se encuentran debatiendo sobre la propuesta final entregada por Chile Vamos. Este atraso suma un nuevo episodio de discrepancia en medio de las tratativas, luego que el Frente Amplio y otras fuerzas de la izquierda más dura rechazaran participar de las negociaciones, pidiendo que sea una asamblea constituyente la fórmula para elaborar una nueva Carta Fundamental y rechazando formar parte de una cocina.
Además, se agrega a la frustrada negociación celebrada el miércoles, cuando oficialismo y oposición no llegaron a buen puerto respecto a la fórmula para cambiar la Constitución, en lo que se ha transformado en la principal piedra de tope del proceso.