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Gobierno de Ecuador acepta diálogo con ONU y grupos que han sitiado Quito

Miércoles, 9 de octubre de 2019 - 10:55 UTC
Un grupo logró romper el cerco de las fuerzas de seguridad e ingresó brevemente a la sede de la Asamblea Nacional, antes de ser desalojado por policías y militares Un grupo logró romper el cerco de las fuerzas de seguridad e ingresó brevemente a la sede de la Asamblea Nacional, antes de ser desalojado por policías y militares
Miles de manifestantes indígenas llegaron a Quito desde zonas andinas del centro y norte para presionar a Moreno a desistir de la eliminación del subsidio al diésel Miles de manifestantes indígenas llegaron a Quito desde zonas andinas del centro y norte para presionar a Moreno a desistir de la eliminación del subsidio al diésel

El gobierno de Ecuador aceptó el martes la colaboración de Naciones Unidas para abrir un diálogo con grupos indígenas que se oponen a las medidas de austeridad del presidente Lenín Moreno y que mantienen sitiada a la capital Quito con protestas.

Miles de manifestantes indígenas llegaron a la ciudad desde zonas andinas del centro y norte del país para presionar al mandatario para que desista de la eliminación del subsidio al diésel y la gasolina, que había estado vigente por décadas.

Un grupo logró romper el cerco de las fuerzas de seguridad e ingresó brevemente a la sede de la Asamblea Nacional, antes de ser desalojado por policías y militares pacíficamente, según testigos.

“¡Viva el pueblo!”, gritaban algunos eufóricos manifestantes en el recinto legislativo, que estaba cerrado el martes. Afuera del parlamento, la policía hizo retroceder a los indígenas con gas lacrimógeno.

Manifestantes tomaron una parte de un cerro donde hay antenas de transmisión de radio y televisión y otros interrumpieron el abastecimiento de agua en algunas partes de la provincia de Tungurahua, según las autoridades.

Moreno declaró un estado de excepción y trasladó las operaciones del gobierno a la ciudad costera de Guayaquil, donde ha habido menos disturbios. Tras la invasión de la Asamblea el martes, el mandatario decretó además un toque de queda por las noches y madrugadas en zonas cercanas a edificios públicos e instalaciones estratégicas.

La cancillería dijo en un comunicado que el Gobierno está dispuesto a recibir el acompañamiento de Naciones Unidas, “que favorezca el retorno a la paz social y entendimientos dentro del país”.

Moreno, junto con los jefes de otros poderes del Estado, llamó al diálogo a los manifestantes y denunciaron la presencia de “fuerzas ajenas” que pretenden destruir el orden democrático en el país durante una cadena de radio y televisión.

“Alentamos el diálogo nacional como el camino necesario para encontrar una causa común para que prime el interés nacional y la paz social”, dijeron en una resolución que fue leída por el contralor del Estado, Pablo Celi.

Más tarde, en una entrevista televisada en cadena nacional, cuando se le preguntó si ha pensado en renunciar, dijo: “No, bajo ninguna circunstancia y no veo porque tendría que hacerlo si estoy tomando las decisiones correctas. El momento que el pueblo ecuatoriano desea que me vaya, yo me iré”.

Los movimientos sociales y sindicatos ratificaron la convocatoria a un paro nacional para el miércoles.

Las protestas estallaron el jueves cuando el gobierno puso fin a los subsidios a los combustibles como parte de un paquete de reformas económicas en el marco de un acuerdo por 4.200 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los bloqueos de las carreteras, que se mantienen en algunos puntos, han provocado desabastecimiento de gasolina y gas de uso doméstico en seis provincias del centro y norte del país, según las autoridades.

La estatal Petroamazonas, por su parte, proyecta una pérdida de producción de 188.000 barriles por día por la paralización de cinco bloques petroleros.

Un portavoz de la mayor organización indígena, CONAIE, dijo que miles de manifestantes se han movilizado a Quito. En el centro de la capital, las protestas se fueron debilitando ya entrada la noche.

Unas 676 personas han sido detenidas en las jornadas de protestas, entre ellos un asambleísta cercano al ex presidente Rafael Correa, según el Gobierno. Moreno ha acusado a su predecesor de intentar un golpe de Estado con la ayuda del mandatario venezolano Nicolás Maduro.

El Gobierno dijo que tiene registro de 19 personas heridas el martes.

“Quieren llevar a Ecuador a Venezuela”, dijo el secretario de la presidencia, Juan Roldán, a una radio local.

Correa, en una entrevista en Bélgica, sostuvo que las acusaciones son una mentira.

“Dicen que soy tan poderoso que desde Bruselas con un iPhone podría dirigir manifestaciones; (...) están mintiendo”, señaló Correa mientras mostraba su teléfono móvil.

“El pueblo de Ecuador está en las calles, no es por Maduro, es por sobrevivencia, es por resistencia, es rechazando al Fondo Monetario Internacional (...) y a su modelo capitalista salvaje, a su modelo excluyente”, respondió Maduro durante un acto televisado.

“Eche para atrás ese paquete económico y dialogue con el pueblo de Ecuador”, agregó el presidente venezolano.

Además de la eliminación de los subsidios, Moreno está aplicando recortes de personal y de salarios en el sector público y planea algunas concesiones en las áreas de petróleo, telecomunicaciones e hidroeléctricas.