Australia sufrió de diciembre a febrero el verano más caluroso del que hay registros, y las previsiones muestran que el otoño austral seguirá siendo más seco y caluroso de lo normal, informó el Gobierno este jueves.
Tras un diciembre y un enero de récord, no es una sorpresa que este verano vaya a ser el más caluroso jamás registrado, explicó Andrew Watkins, director de predicciones a largo plazo de la Oficina de Meterología.
Aunque los datos definitivos no estarán disponibles hasta el viernes, este organismo avanzó que la temperatura máxima media y la temperatura media de los tres meses de verano fueron por primera vez más de dos grados centígrados superiores a las medias históricas.
Las precipitaciones también estuvieron por debajo de lo normal y la Oficina de Meteorología estima que no hay perspectivas de que acabe la severa sequía que durante meses ha afectado a vastas áreas del corazón agrícola del país, en el este y sureste.
El organismo ya había anunciado que enero había sido el mes más caluroso jamás registrado en Australia, cuando la temperatura media en todo el país superó los 30º. Watkins dijo que los patrones climáticos en los océanos Índico y Pacífico contribuyeron a las temperaturas más altas y a las precipitaciones más bajas, pero que las tendencias del cambio climático a largo plazo también estuvieron relacionadas.