El presidente chino, Xi Jinping, recibirá esta semana a la delegación estadounidense llegada a Beijing para negociar una salida a la guerra comercial abierta entre las dos potencias económicas, afirmó el miércoles el diario hongkonés South China Morning Post.
Xi se reunirá el viernes con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el representante para el Comercio, Robert Lighthizer, precisó el rotativo, citando fuentes próximas al caso. Aún así, el miércoles no habían sido confirmadas estas informaciones ni por fuentes estadounidenses. Los dos negociadores de Washington prevén discutir el jueves y el viernes en Beijing con sus homólogos chinos. El miércoles, Mnuchin afirmó a la prensa china en Beijing que esperaba unas reuniones productivas con sus interlocutores.
En una reunión celebrada a principios de diciembre en Argentina, Xi Jinping y el presidente estadounidense, Donald Trump, fijaron como plazo límite el 1 de marzo para llegar a un acuerdo negociado. Después de esa fecha, los aranceles aduaneros sobre el equivalente a 200.000 millones de dólares en importaciones anuales chinas aumentarán del 10% al 25%. Sin embargo, el martes Donald Trump apuntó que podría darle a China un plazo suplementario si estamos cerca de un acuerdo.
Según el mandatario estadounidense, las cosas marchan bien en las negociaciones. Una delegación de altos funcionarios estadounidenses empezó el lunes en Beijing unas negociaciones preliminares antes de las conversaciones del jueves y el viernes. Estas discusiones siguen a las que el mes pasado se llevaron a cabo en Washington, que dieron pie a una entrevista entre Liu He y Trump.
Las negociaciones insuflaron optimismo, pero la semana pasada Washington advirtió que queda todavía mucho trabajo antes de que las dos primeras potencias económicas del mundo logren superar sus múltiples diferendos.
Washington exige que China ponga fin a prácticas consideradas injustas, como la transferencia forzada de tecnologías estadounidenses, el robo de propiedad intelectual estadounidense, la piratería y los subsidios masivos a empresas estatales chinas para hacerlas líderes nacionales.