Las reuniones de diplomáticos de alto nivel de Estados Unidos y China y los temores sobre el crecimiento económico mundial acapararán la atención de los inversionistas, en una semana en que la Reserva Federal tendrá su primera reunión del año.
El secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, dijo el jueves que Estados Unidos y China están a millas y millas de resolver sus disputas comerciales, pero que existe la probabilidad de un acuerdo.
Una delegación china de cerca de 30 personas llegará a Washington esta semana (30 y 31 de enero) para una ronda de conversaciones el miércoles y jueves, que buscará resolver la disputa arancelaria entre las dos mayores economías del mundo antes de que el 1 de marzo Estados Unidos imponga gravámenes a más importaciones de Beijing.
Las conversaciones encuentran tanto a Estados Unidos y China en momentos delicados. Un cierre parcial del gobierno federal de la mayor potencia del mundo superó con creces el mes. Mientras que al otro lado del gigante asiático, el crecimiento del año pasado fue el más bajo en casi tres décadas y la economía se frenaría aún más este año.
La Reserva Federal tendrá su primera reunión del año el próximo martes y miércoles y el mercado espera que insinúe una pausa en su campaña de alza de tasas de interés, que ayude a contener la volatilidad.
La escena política venezolana sacudió al mundo cuando el miércoles, el líder opositor de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamó Presidente interino y obtuvo el apoyo de Estados Unidos y varios países latinoamericanos. El Presidente Nicolás Maduro acusó un golpe de estado. Los mercados mundiales miran con atención el impacto de estos sucesos en los precios del crudo, la atribulada deuda soberana y los refugios en caso de que aumenten las tensiones geopolíticas a cuenta del conflicto en el país petrolero, cuyo gobierno ha sido apoyado por Rusia, China, Turquía y Siria.
A su vez el próximo martes, el Parlamento británico debatirá y votará el plan B de la primera ministra Theresa May sobre el Brexit, tras el rechazo a su propuesta original, en un nuevo esfuerzo de la líder conservadora por evitar un divorcio desordenado de la Unión Europea. Esta semana ganó fuerza la propuesta de enmienda de una legisladora laborista que, si se aprueba, daría a May hasta el 26 de febrero para que el Parlamento dé luz verde a un acuerdo o haya una votación para retrasar el Brexit.