Ante el auge de China, los conflictos territoriales con Rusia y la amenaza de Corea del Norte, Japón volverá a aumentar sus gastos militares. El Gobierno nipón aprobó el 18 de diciembre un plan quinquenal de defensa con un presupuesto récord de 27,7 billones de yenes (216.000 millones de euros).
Hasta marzo de 2024, el Ejecutivo del primer ministro Shinzo Abe tiene previsto destinar este dinero a dotarse de su primer portaaviones desde la Segunda Guerra Mundial y de casi 200 cazas.
Eludiendo las voces críticas con su creciente militarismo, el Gobierno japonés no construirá un portaaviones, sino que reformará dos portahelicópteros de la clase Izumo para que puedan transportar cazas F-35B, capaces de despegar en vertical e invisibles al radar.
A tenor de los medios locales, las nuevas guías de defensa de Japón prevén adquirir aviones por valor de más de un billón de yenes (7.700 millones de euros). Las compras se harán fundamentalmente a Estados Unidos, donde el presidente Trump ha presionado a Abe para reducir el déficit comercial con estos pedidos de armamento. Sin detallar cifras, así lo anunció Trump cuando visitó hace un año Japón dentro de su gira asiática, que le llevó también a Corea del Sur y China.
Precisamente, el régimen de Beijing protestó contra esta nueva subida del gasto militar nipón. En su comparecencia diaria ante la Prensa, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying, mostró su «fuerte insatisfacción y oposición» e instó a Japón «a adherirse a una política puramente defensiva» por su pasado militarista durante la invasión de buena parte de Asia en la II Guerra Mundial.
Pero China no es el país más indicado para dar lecciones de pacifismo porque también está elevando sus gastos militares y el año pasado botó su segundo portaaviones, este de construcción propia.
En Japón también están volviendo a sonar las voces críticas contra los planes militares de Shinzo Abe, quien no solo se ha propuesto reformar la Constitución «pacifista» del país sino también aumentar el papel de las denominadas Fuerzas de Autodefensa, su Ejército nacional.
Este expansionismo militar también es contemplado por preocupación con Corea del Sur por su disputa sobre las islas Dokdo (Takeshima en japonés), otra más de las heridas de guerra que siguen sin cerrar en Asia.