La Fundación Nobel dio inicio a la entrega de los reconocimientos con el premio de Medicina, el que fue otorgado al estadounidense James P. Allison y al japonés Tasuku Honjo, por sus descubrimientos en la terapia contra el cáncer por la inhibición de la regulación inmune negativa. Un proceso muy importante en la búsqueda de una cura a esta patología.
De acuerdo al doctor Alejandro Zárate, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae (UFT), para entender el trabajo de estos dos científicos destacados es necesario considerar que el cáncer en general se caracteriza por una proliferación no controlada de células anormales con la capacidad de expandirse a otros tejidos, así una de las terapias existentes, se basa en que nuestro propio sistema inmune ataque a las células cancerígenas.
Por su parte, el doctor Sergio Quezada, quien actualmente es parte de equipo de investigadores del Cancer Research UK, agrega que el sistema inmune está altamente regulado para prevenir la inflamación excesiva, así como la destrucción de tejido sano. Parte esencial de esta regulación son las proteínas o receptores que cuando están expresadas en la superficie del linfocito T son capaces de inhibir la respuesta inmune.
Es aquí donde entra el trabajo de los dos nuevos Nobel. Fue en la década de 1990 cuando el estadounidense Allison comenzó a analizar ”uno de los posibles 'frenos' del sistema inmune (CTLA-4), y junto a su grupo de investigadores diseñaron una forma de bloquear este freno del sistema, explica Zárate. De la misma forma, Honjo, en la misma época, analizó una proteína expresada en la superficie de las células T, la PD-1, que también actúa como freno del sistema inmune.
Detrás de la terapia desarrollada por los Nobel Jim [Allison] fue el primero en proponer que estos receptores actúan como frenos moleculares de la respuesta inmunológica contra el cáncer, comenta el científico del Cancer Research UK, agregando que en este trabajo, se propone que estos funcionan como punto de chequeo (inmune checkpoint) y que el tumor se aprovecha de eso para pasar desapercibido y escapar del sistema inmune.
En particular, analizaron y descubrieron una nueva forma de potenciar el sistema que todos tenemos, que es nuestro sistema inmune, agrega el académico de la UFT. Los académicos demostraron -en experimentos de ratón- que nuestro sistema tiene ciertos frenos que, al ser bloqueados, permiten que el organismo se proteja de mejor manera contra el cáncer. Nuestro sistema inmune es el mejor aliado en la lucha contra el cáncer y entender a nivel básico por qué el sistema inmune falla, y como reactivarlo para eliminar al tumor es nuestra mejor esperanza en esta batalla”, asegura el académico.
El galardón entregado hoy es el cuarto que tiene relación con la enfermedad que según el último índice de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2015 fue el responsable de 8,8 millones de muertes en el mundo.