Una buena para el presidente argentino Mauricio Macri. Tras la corrida cambiaria, y sus consecuencias económicas y sociales, la provincia de Córdoba mandó un fuerte mensaje al lograr su reelección el intendente de Marcos Juárez, Pedro Dellarossa, en donde hace unos cuatro años se comenzó a forjar el entendimiento electoral “Cambiemos” entre el PRO de Macri y la Unión Cívica Radical, UCR.
En efecto Dellarossa consiguió más del 50% de los votos, superior al resultado del 2014 y derrotando a una coalición peronista que contó con el apoyo del gobernador también peronista, Juan Schiaretti.
Una ciudad como Marcos Juárez ha pasado todas las crisis y jamás se ha detenido el progreso, en eso coincidimos con el Presidente, dijo anoche Dellarossa, tras recibir el llamado de Macri para felicitarlo. Para la Casa Rosada se trató de una elección simbólica.
En verdad la contienda adquirió un tono más municipal y en ambos bandos auguraban una pulseada cerrada, ante la posibilidad que las urnas reflejaran -como voto castigo a Macri- el impacto de la crisis que derivó en el retorno al FMI. Una amenaza potenciada además por el carácter agropecuario de Marcos Juárez y el malestar por el retorno de las retenciones.
Pero en definitiva resultó un nuevo voto de confianza para Dellarossa y volvió a dibujarle una sonrisa a Cambiemos en Marcos Juárez, donde en 2014 se impuso una sociedad entre la UCR y el PRO que fue anticipatoria de lo que meses después fue Cambiemos. Y en una provincia gobernada por la oposición, el PJ que ofrendó a Macri su mayor triunfo en el balotaje presidencial de 2015 y otra victoria en las parlamentarias de 2017.