“Los periodistas no son el enemigo”: injuriados por Donald Trump, muchos diarios estadounidenses respondieron el jueves publicando coordinadamente editoriales para insistir sobre la importancia de la libertad de prensa. Liderados por el The Boston Globe, que lanzó un llamado acompañado por el hashtag ’#EnemyofNone’ (Enemigo de ninguno), más de 200 periódicos en todo el país se unieron a la campaña.
“Hoy, en Estados Unidos tenemos un presidente que ha creado un mantra de que los miembros de los medios que no apoyan flagrantemente las políticas de la actual administración estadounidense son el ’enemigo del pueblo’”, señaló el editorial del Globe. “Esta es una de las muchas mentiras que ha arrojado este presidente, al igual que un charlatán de antaño arrojó polvo ’mágico’ o agua sobre una multitud esperanzada”, agregó en un artículo titulado “Los periodistas no son el enemigo”.
Las acciones de Trump también están alentando a fuertes líderes como Vladimir Putin en Rusia y Recep Tayyip Erdogan en Turquía a tratar a los periodistas como enemigos, argumentó el Globe.
The New York Times, uno de los objetivos más frecuentes de la crítica de Trump, publicó un editorial de siete párrafos bajo un título gigante con todas letras mayúsculas que decían “UNA PRENSA LIBRE TE NECESITA” y con la declaración de que solamente es justo que la gente critique a la prensa, digamos, por hacer algo mal. “Pero insistir en que las verdades que no te gustan son ’noticias falsas’ es peligroso para la sangre de la democracia. Y llamar a los periodistas el ’enemigo del pueblo’ es peligroso, punto”, escribió el Times.
La iniciativa se plasma en un momento particular: Trump multiplica ataques contra los medios, calificándolos regularmente de “Fake News” (Noticias falsas) ante cualquier información que pueda disgustarle. Para los defensores de la libertad de prensa, esa retórica amenaza la primera enmienda de la Constitución estadounidense, que protege la sacro santa libertad de prensa.
Algunos creen que los comentarios de Trump desencadenaron amenazas contra periodistas que cubrían sus eventos y también podrían crear un clima de hostilidad que abrió la puerta a ataques violentos como el que se produjo contra la Gaceta del Capital en Annapolis, Maryland, a fines de junio, en el cual cinco personas fueron asesinadas por un pistolero que tenía una relación conflictiva con el periódico. Otros medios han defendido su papel resaltando que es un trabajo que le ahorra tiempo al contribuyente estadounidense.
“Los periodistas cubren aburridas reuniones gubernamentales y descifran fórmulas de financiación de escuelas públicas, para que no tenga que hacerlo” el lector, dice el Arizona Daily Star. “No es tan básico como la primera enmienda, pero puede ser útil”
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Este jueves, Trump volvió al ataque a través de su medio preferido, Twitter: “LOS MEDIOS FAKE NEWS SON EL PARTIDO DE OPOSICIÓN. Esto es muy malo para nuestro Gran País ... ¡PERO ESTAMOS GANANDO!” escribió en su cuenta.
Los partidarios del presidente han visto en la iniciativa otra razón para formular críticas.
“Los medios de comunicación sostienen un ataque deliberado, público y más contra @realDonaldTrump” y en contra de “la mitad del país que lo apoya. Y los medios se preguntan por qué pensamos que son falsas noticias?”, había escrito Mike Huckabee, exgobernador republicano y columnista del canal conservador Fox News.
“No creo que la prensa pueda quedarse de brazos cruzados y sufrir, tiene que defenderse cuando el hombre más poderoso del mundo intenta socavar la Primera Enmienda”, dijo por su lado, Ken Paulson, exeditor de USA Today y cabeza del centro “First Amendment Center”, en el Newseum, el museo del periodismo en Washington. Sin embargo, atenúa el alcance de la iniciativa: “Las personas que leen editoriales no necesitan ser convencidas”.
Paulson opinó que en el actual contexto conflictivo lo más adecuado para los medios es desarrollar una campaña de mercadeo más amplia en la que enfaticen la importancia de la libertad de prensa como valor central.
Para James Freeman, columnista del The Wall Street Journal -periódico económico propiedad del magnate Rupert Murdoch, aliado del presidente- esta iniciativa “probablemente no sea la mejor manera de ampliar el número de lectores entre los votantes de derecha”.
Dan Kennedy, profesor de periodismo en la Universidad Northeastern, no tiene dudas de que los simpatizantes de Trump verán en ella “una prueba más de que la prensa actúa como un miembro de la Resistencia”.
Incluso críticos de Trump tienen dudas de los beneficios de la campaña. Como Jack Shafer, de la especializada Politico, que piensa que el esfuerzo coordinado “seguramente tendrá un efecto contraproducente”.
Según una encuesta reciente de la consultora Ipsos, el 43% de los ciudadanos republicanos cree que el presidente debería tener autoridad para cerrar medios que presenten una “mala actitud”.