Un empresario y primo del presidente argentino Mauricio Macri se presentó este lunes a declarar en una causa de presuntos sobornos al gobierno de los Kirchner (2003-2015) por la que fueron arrestados 16 empresarios y ex funcionarios.
El empresario Ángelo Calcaterra era el dueño de la constructora IECSA al momento de los hechos, empresa que perteneció al grupo de la familia Macri y uno de cuyos ejecutivos está imputado y arrestado desde la semana pasada.
La investigación surgió a partir de la información registrada en ocho cuadernos por el chofer de un ex funcionario del Ministerio de Planificación Federal que tuvo a su cargo la gestión de obra pública en los tres gobiernos kirchneristas (2003-2015).
El juez federal Claudio Bonadio ordenó más de veinte allanamientos el miércoles pasado en los que terminaron arrestados ocho empresarios y ocho ex funcionarios. Entre los 20 imputados figura la ex presidente y actual senadora Cristina Kirchner, quien fue citada a indagatoria el 13 de agosto.
El chofer y autor de las anotaciones, Oscar Centeno, un militar retirado, fue liberado el viernes tras declarar como arrepentido y entrar en el sistema de protección de la justicia. Los empresarios, todos pertenecientes a grandes firmas, tienen la opción de colaborar como arrepentidos y buscar de ese modo la libertad, de lo contrario se estima que seguirán en prisión según lo decida el juez esta semana.
El magistrado escuchará el testimonio de cuatro de los empresarios arrestados, a los que se sumó Calcaterra. Según fuentes judiciales citadas por la prensa, el primo de Macri quedaría imputado y bajo la figura de “arrepentido colaborador”.
La misma figura busca obtener el ex ejecutivo de IECSA, Javier Sánchez Caballero, arrestado desde el miércoles y cuya libertad le fue denegada el viernes como al resto de los detenidos.
Según la fiscalía, los supuestos sobornos eran pagados por los empresarios en un aceitado sistema de recaudación que implicaba el traslado de bolsos con dinero hacia la Casa Rosada, la residencia presidencial de Olivos en las afueras de Buenos Aires o el domicilio privado de los Kirchner.
Según las minuciosas anotaciones del chofer, los supuestos pagos se realizaron durante una década (2005-2015). Centeno admitió ante la justicia ser el autor de los cuadernos de los que solo hay copias, ya que dijo haber quemado los originales tiempo atrás. Las copias le fueron entregadas al periodista Diego Cabot del diario La Nación, quien las aportó a la justicia en abril pasado.