México se prepara para una nueva era con un tsunami político encabezado por Andrés Manuel López Obrador, quien en sus primeras horas como virtual presidente electo ya comenzó a labrar el terreno de la vital relación con Estados Unidos.
López Obrador logró una contundente victoria en las elecciones generales del domingo, que llevaron a la izquierda al poder en la segunda economía latinoamericana. Y menos de 24 horas después –en una conversación telefónica con Donald Trump– propuso al mandatario estadounidense trabajar para “reducir la migración y mejorar la seguridad”.
“Soy muy consciente de mi responsabilidad histórica”, dijo exultante López Obrador, de 64 años, ante decenas de miles de simpatizantes que lo ovacionaron la noche del domingo. En su tercer intento consecutivo de alcanzar la silla presidencial, AMLO, como se le conoce entre los mexicanos, se presentó como el candidato anti sistema y obtuvo más de 53% de los votos, según las primeras estimaciones oficiales. Pese a que desde que conoció su histórica victoria, López Obrador intentó tranquilizar a los mercados, este lunes la bolsa de México cayó 2,12%.
Una de las mayores interrogantes en torno a su elección es la relación que tendrá con Donald Trump y, sobre todo, cómo dos modelos tan antagónicos funcionarán a ambos lados del Río Bravo, en temas vitales como migración y la negociación para renovar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Este lunes, ambos líderes mantuvieron una llamada telefónica de 30 minutos. “Le propuse explorar un acuerdo integral; de proyectos de desarrollo que generen empleos en México, y con ello, reducir la migración y mejorar la seguridad” , escribió en Twitter López Obrador. Poco antes, Trump auguró en la Oficina Oval que “la relación va a ser muy buena” .
“Tuvimos una gran conversación (...) Creo que va a tratar de ayudarnos con la frontera” , añadió, tras meses de un tenso vínculo con sus vecinos del sur por la dura posición de su gobierno hacia los migrantes indocumentados y contra el libre comercio. En su ambicioso proyecto de nación 2018-2024 que iniciará cuando asuma el 1 de diciembre, López Obrador pretende un rescate del campo, revisar millonarios contratos derivados de la reforma energética, un gobierno “austero, sin lujos ni privilegios” y reducir sueldos de altos funcionarios públicos hasta en un 50%.
Todo para incrementar programas sociales y reducir la pobreza en México, que alcanza a más de 53 millones de personas, incluidas más de siete millones viviendo en pobreza extrema. El problema es que muchos mexicanos y analistas le critican una falta de propuestas concretas.
“El principal reto genérico que tendrá López Obrador es cumplir lo que ofreció y ofreció una utopía (...) Milagros no va a poder hacer”, apuntó el historiador mexicano José Antonio Crespo.
López Obrador supo capitalizar el hartazgo y el ansia de cambio en México ante una violencia y corrupción disparadas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Morena, el partido que lidera, logró además la mayoría de las gobernaciones (cinco de nueve) , entre ellas Ciudad de México. Este triunfo implica un cambio radical en el mapa político en los 32 estados del país y que hasta ahora eran gobernados mayoritariamente por una alternancia de las bancadas tradicionales, el oficialista Partido Revolucionario Institucional y el conservador Partido Acción Nacional. “Necesitábamos un cambio verdadero”, celebró José Gutiérrez, de 44 años, en el cuartel de campaña de López Obrador.
Con poco más del 50% de las actas electorales contabilizadas, 213 diputados federales de 500 eran para la coalición liderada por López Obrador, Juntos Haremos Historia, conformada por Morena, el Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social. En la Cámara de Senadores, en el último corte informativo del Instituto Nacional Electoral (INE) , la coalición encabezada por Morena había ganado 30 curules de 128, pero según las encuestas privadas de boca de urna, tendrá más de la mitad cuando concluya el registro de los sufragios.
Las elecciones ponen fin a la campaña electoral “más sangrienta” de la historia reciente de México, con al menos 145 políticos asesinados desde septiembre (de ellos 48 eran precandidatos y candidatos) , cuando se inició el proceso electoral, según la consultora Etellekt. En 2012, nueve políticos y un candidato fueron asesinados.
Durante la jornada electoral, una militante del Partido del Trabajo (PT) fue asesinada en el estado de Michoacán (oeste) y dos miembros del oficialista PRI en el central estado de Puebla. Además de elegir presidente, unos 89 millones de mexicanos estaban convocados para votar gobernadores, alcaldes, senadores y diputados locales y federales entre los más de 18.000 puestos en disputa.
Se trata de la primera vez que se eligen tantos cargos en un solo proceso. López Obrador deberá tejer alianzas en un país dividido. Su primer mensaje fue dedicado a la “reconciliación” de los 120 millones de mexicanos. Y ante su abrumadora victoria, que se espera que el INE oficialice en los próximos días, López Obrador reiteró que no es “un dictador” .