La coalición de izquierdas que gobierna Uruguay, el Frente Amplio (FA), aprobó el sábado en su Plenario apoyar la ratificación en el Parlamento del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre su país y Chile que fue firmado en octubre de 2016.
En una ajustada votación con 86 votos a favor, 65 en contra y 8 abstenciones, el Plenario Nacional del FA resolvió apoyar el TLC entre ambas naciones suramericanas e instó a la Bancada Oficialista a que lo apruebe en el Parlamento. Según informó el FA a través de un comunicado, además de aprobar la ratificación del TLC, se encomendó a los órganos de la coalición, en especial a la Agrupación Nacional de Gobierno, el seguimiento de la evolución e implementación de los acuerdos con la mira puesta en procesarlos en clave frenteamplista.
El pasado 5 de mayo el FA se reunió para resolver este asunto pero decidió llamar a un cuarto intermedio para contar con más tiempo para analizar y solicitaron al Poder Ejecutivo (PE) que realizara un informe de evaluación de impacto de este acuerdo. En este sentido, el diputado oficialista José Carlos Mahía dijo que para llegar a esta resolución y lograr cambiar lo que parecía ser una postura negativa de la fuerza política al TLC fue muy importante la actitud de muchos sectores con vocación de Gobierno.
Mahia señaló que la información complementaria del PE fue clave porque brindó los elementos necesarios para que haya una resolución favorable. Si bien aún no está la fecha fijada para la votación, Mahía consideró que el TLC se podrá ratificar a la brevedad. Luego de la votación integrantes del oficialismo manifestaron su conformidad a través de las redes sociales como el viceministro de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri, quien aseguró en su cuenta de Twitter que esta decisión permite avanzar en la imprescindible inserción internacional del país así como también significa un respaldo al Gobierno.
En octubre de 2016, el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y su entonces homóloga, Michelle Bachelet, firmaron en Montevideo un TLC que, principalmente, desgrava el intercambio en materia de servicios entre ambos países. Sin embargo, la ratificación de este acuerdo de complementación económica generó divisiones a nivel del oficialismo uruguayo, ya que varios de sus sectores se han mostrado reacios a aprobarlo y cuestionan la apertura comercial a través de los tratados de libre comercio.