La Suprema Corte de Estados Unidos otorgó el lunes una victoria histórica a un repostero que se había negado a preparar un pastel de bodas para una pareja homosexual, al considerar que sus derechos religiosos se habían visto vulnerados.
En una decisión de una mayoría de siete contra dos, la máxima corte del país dictaminó que una comisión de derechos civiles de Colorado, que había decidido que el comerciante debía atender a todos sus clientes independientemente de su orientación sexual, demostró una animadversión evidente e inaceptable hacia la religión.
El caso, que se volvió emblemático a pesar de su cariz insólito, tiene grandes implicaciones para la sociedad estadounidense debido a los principios que están en juego: la libertad religiosa, la igualdad sexual y la libertad de expresión protegida por la primera enmienda de la Constitución.
La querella enfrenta a un repostero del estado de Colorado, Jack Phillips, y a dos hombres hoy en día casados, Dave Mullins y Charlie Craig. Invocando su fe cristiana, Phillips explicó el 19 de julio de 2012 en Masterpiece Cakeshop, su pastelería en los suburbios de Denver, que no podía aceptar el pedido de Mullins y Craig, que se casarían y le habían encargado un pastel de bodas.
Sus abogados argumentaron que el pastel representaba en esta ocasión la institución del matrimonio y que, por lo tanto, era transmisor de un mensaje, a diferencia de un 'croissant' común.
Ambos cónyuges presentaron entonces una demanda en virtud de una ley de Colorado, que prohíbe toda discriminación en las tiendas que trabajan con público. Los tribunales inferiores les dieron la razón.
El Tribunal Supremo no se expidió de manera amplia sobre el asunto, emitiendo un fallo limitado simplemente para constatar que Phillips no se había beneficiado de la neutralidad necesaria de los tribunales inferiores para exponer sus argumentos.