China y Estados Unidos inician mañana en Beijing una ronda de discusiones de dos días para intentar evitar una guerra comercial, para las que el gigante asiático pidió hoy que la delegación de Washington mantenga una actitud sincera. China ha avanzado que no es realista resolver todos los asuntos en una sola negociación, según dijo una portavoz del Ministerio de Exteriores, Hua Chunying, en rueda de prensa.
Sin embargo, Hua señaló que en la medida en que EE.UU. sea sincero en resolver los asuntos fundamentales, creo que la negociación será constructiva.
La delegación estadounidense estará encabezada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, al que acompañan, entre otros, el secretario de Comercio, Wilbur Ross; el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, y el asesor de la Casa Blanca para comercio e industria, Peter Navarro.
En una entrevista a CNN el pasado lunes, Mnuchin señaló que esperaba tener un debate franco y que confiaba en poder lograr un progreso firme en las reuniones de esta semana con los responsables económicos chinos. La delegación estadounidense se reunirá con el vice-primer ministro, Lui He, que es también el principal asesor económico del presidente chino, Xi Jinping, según anunció el Ministerio de Comercio.
China da la bienvenida a la visita de la delegación estadounidense encabezada por Mnuchin, que tendrá lugar los días 3 y 4 de mayo, indicó el breve comunicado de ese departamento. La llegada de la delegación de EE.UU. sigue a diversos anuncios del Gobierno de Washington sobre la imposición de aranceles a productos chinos, que afectarían a exportaciones de este país por valor de US$150.000 millones.
Beijing ha respondido con amenazas similares, especialmente en productos agropecuarios estadounidenses, en caso que esas medidas de Washington lleguen a entrar en vigor.
Estados Unidos tuvo un déficit comercial con China de US$375.000 millones el año pasado, una cifra récord, y el Gobierno del presidente Donald Trump, que acusa a Beijing de prácticas comerciales desleales, se ha marcado reducirlo en 100.000 millones. Trump también ha pedido a China una reducción de aranceles a las importaciones de automóviles, así como más protección a la propiedad intelectual extranjera.
En las últimas semanas, China ha anunciado nuevas medidas de liberalización económica, reducciones arancelarias y protección de la propiedad intelectual, aunque asegura que se inscriben en el proceso de reforma de su economía y no son una respuesta a las sanciones propuestas por Estados Unidos.