El mito de la izquierda brasileña, Luiz Inácio Lula da Silva se entregó el sábado para iniciar una sentencia de 12 años por corrupción luego de un intento caótico de sus partidarios para evitar que se rindiera. Rodeado de guardaespaldas, Lula tuvo que empujar a través de una multitud hirviente de seguidores para subirse a un vehículo policial frente al edificio del sindicato de trabajadores metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, donde se había refugiado durante dos días y noches.
En una de las últimas encuestas de opinión pública dadas a conocer en Brasil a fines de febrero, la mayoría de los brasileños estaban favor que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva fuera a prisión, con opiniones divididas sobre su inhabilitación para competir en la carrera presidencial de octubre.
La estadía de Lula da Silva en la cárcel de Curitiba podría no extenderse más allá de fin de año. El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, integrado por once miembros, rechazó, en votación ajustada, 6 a 5, esta semana un hábeas corpus presentado por los abogados del ex presidente, pero no resolvió sobre la cuestión jurídica de fondo: si es constitucional o no encarcelar a alguien por una condena en segunda instancia, antes de que se agoten los recursos de apelación en instancias superiores.
A dos semanas de las elecciones generales en Paraguay, el candidato a la presidencia por la oficialista ANR (Colorados), Mario Abdo Benitez, tiene más del 50% de intención de voto, según una encuesta publicada por el diario ABC en esta capital. Empero desde la oposición se cuestionan los resultados de dicha encuesta y se la acusa de intentar “desmoralizar” a Alianza Ganar.