En 1987, el director Paul Verhoeven lanzaba una película ya mítica en la historia del cine: Robocop. Aquel policía mitad hombre, mitad máquina, contaba con un aparatito que ahora ya es una realidad: veintiún años después del film, la policía ya cuenta con las famosas gafas caza delincuentes. China es el primer país donde los agentes de la autoridad han decidido utilizarlas y, lo cierto, es que lo han hecho con éxito. En una semana, ya han conseguido atrapar a diez prófugos de la justicia.
Desde febrero, la policía ferroviaria de Zhengzhou ha comenzado a utilizar este complemento, que se empieza a antojar como fundamental en la lucha contra la delincuencia. Su funcionamiento es similar a las Google Glass, aunque en este caso son gafas de sol con tecnología íntegramente china y enfocadas exclusivamente a la labor policial: cuenta con una cámara en su ojo derecho y, a su lado, se encuentra la lente ocular que se encarga de desgranar la información obtenida.
Así, la cámara se encarga de hacer el reconocimiento facial de la persona. Una vez obtenido el dato, este se envía a una base de datos a la que están conectadas las gafas y, en cuestión de segundos, el ocular ofrece la información del sujeto: nombre, edad, lugar de nacimiento y, especialmente, lo que le interesan a las autoridades: si tienen alguna cuenta pendiente de cualquier tipo con la justicia. Es decir, desde un asesinato, a un robo o incluso a una multa de tráfico.
Por ello, el lugar de pruebas elegido ha sido la Estación Ferroviaria de Zhengzhou, capital de la provincia de Henan, en el centro de China. Recordemos que con motivo del Año Nuevo Chino, y hasta el 12 de marzo son fechas vacacionales, en las que se calculan que se producirán más de 389 millones de viajes en todo el país. Por ello, desde el este mes han comenzado a utilizarlas y, de momento, con cierto éxito.
Sólo en esta estación de tren, las autoridades ya han detenido a diez personas, acusadas de haberse fugado de la Justicia. Según confirma People's Daily, el periódico oficial del Partido Comunista chino, aseguran que algunos de los apresados tenían cargos abiertos relacionados con la trata de personas o incluso con una huida tras provocar un accidente de tráfico. De momento, el uso de las gafas está siendo satisfactorio y parece que podría ampliarse en los próximos meses.
Además de la información obtenida en el propio ocular, estas gafas están conectada a una tablet en la que se puede consultar más información de un sospechosos en tiempo real si así fuera necesario. No en vano, este tipo de tecnología se engloba en la nueva estrategia china, donde ha invertido cientos de millones en seguridad: antes de las gafas, llegó el pasaporte digital y el reconocimiento facial en las zonas de embarque para controlar a toda persona que se desplace por su país.
Junto con las gafas, las autoridades continúan trabajando en una macro-base de datos para monitorizar a sus 1.300 millones de habitantes, con un ambicioso objetivo: poder reconocer con estos sistemas a una persona en menos de tres segundos. Por otro lado, los más críticos tienen claro su argumento principal: ¿dónde queda la intimidad del usuario? ¿Y qué ocurre con el almacenamiento masivo de datos? Una polémica que han desatado las nuevas gafas 'caza delincuentes'.