El arzobispo de Malta, Charles Scicluna, inició la investigación ordenada por el papa Francisco para esclarecer si el obispo chileno Juan Barros encubrió los abusos sexuales a menores cometidos por un sacerdote en la década de los ochenta.
Scicluna abrió el caso con el testimonio que escuchó en una parroquia de la ciudad estadounidense de Nueva York, del periodista chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del influyente sacerdote chileno Fernando Karadima quien fue acusado de pederastia y condenado en 2010 por el Vaticano a “una vida de oración y penitencia”.
“Fue una reunión larga, emocionalmente difícil, pero estoy muy contento de haber podido hablar con monseñor Scicluna, ellos se portaron increíblemente bien y por primera vez siento que nos están oyendo”, dijo Cruz en declaraciones efectuadas en Nueva York, difundidas por medios chilenos.
Cruz y otras víctimas de Karadima acusan a Barros de haber estado presente cuando aquel abusó de ellos siendo párroco de una iglesia en la exclusiva comuna de El Bosque, en Santiago.
Barros, hoy obispo de Osorno (sur) y duramente rechazado por laicos de esa ciudad chilena, admitió en reiteradas ocasiones ser fiel seguidor de Karadima pero negó haber encubierto las atrocidades que cometió. Cruz reveló que durante su testimonio, a Scicluna “se le caían las lágrimas sinceramente. No estaba actuando, se notaba su compasión y su empatía”.
Barros fue parte de las homilías que ofició el papa durante su visita a Chile en enero último, provocando gran polémica.
Antes de la misa que ofició en la ciudad de Iquique (norte), Francisco afirmó que las acusaciones contra Barros eran “calumnias”, pero al retornar al Vaticano pidió perdón por sus declaraciones y más tarde anunció la investigación del caso.
Scicluna, de 58 años, llega a Chile el lunes para continuar tomando testimonios. Es considerado uno de los mayores expertos en crímenes sexuales de la Iglesia. A su cargo estuvo la investigación de los abusos sexuales cometidos por el mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.
En Chile, unos 80 sacerdotes han sido acusados de abusos sexuales contra menores, según la ONG estadounidense BishopAccountability.