Venezuela perdió esta semana temporalmente su derecho a voto en la Asamblea General de la ONU a causa del impago de sus aportaciones. Las normas de Naciones Unidas establecen ese castigo para los países miembros que tienen pagos pendientes por una cantidad igual o superior a las contribuciones que les correspondían durante los dos años anteriores.
Lo mismo le había pasado a Venezuela el año pasado. Tras saldar parte de su deuda, había logrado recuperar el derecho a votar tiempo después. Es una incógnita si podrá conseguirlo ahora, que enfrenta una crisis de financiamiento mucho más profunda.
Stéphane Dujarric, portavoz de Naciones Unidas, dijo que, a fecha 29 de enero, siete países estaban en la misma situación de Venezuela. Todos enfrentan crisis catastróficas: República Centroafricana, Dominica, Guinea Ecuatorial, Granada, Libia, Surinam y Yemen.
La ONU admite excepciones a su regla bajo condiciones específicas. Fue el caso de Comoras, Guinea Bissau, Santo Tomé y Príncipe y Somalia, que fueron autorizados a votar durante el actual periodo de sesiones a pesar de no haber abonado las cantidades correspondientes al presupuesto de la organización.
La crisis venezolana se agrava más y más a medida que pasa el tiempo. El Fondo Monetario Internacional había estimado en octubre de 2017 que el PIB bajaría 6% este año, pero el deterioro de todos los indicadores lo llevó a hacer un re-cálculo semanas atrás.
El nuevo pronóstico es que la economía venezolana sufrirá un desplome de 15% y una inflación de hasta 13.000%. De confirmarse esta previsión, el país sudamericano experimentaría una contracción de casi el 50% en los últimos seis años.