El progresismo chileno ha sufrido su mayor derrota electoral desde 1988. Así comienza el documento titulado 7 hipótesis para explicar una derrota y una reflexión sobre el futuro del progresismo, texto en el que Sergio Bitar, uno de los principales asesores de la campaña de Alejandro Guillier, pretende iniciar una reflexión para el mundo progresista”.
Para ello hace una serie de explicaciones para abordar la derrota de la centro izquierda en las últimas elecciones, pasando por las debilidades de la campaña, de los partidos, la coalición y la responsabilidad del Gobierno.
En primer lugar, el ex ministro de Educación habla del cierre de un ciclo, que la centroizquierda como toda obra humana se fue desgastando, perdió eficacia y no fue capaz de interpretar la nueva realidad que ella misma había transformado. Es por esto que Bitar señala que la centro-izquierda habría sido víctima de su propio éxito. Realizó un enorme cambio económico, social y político, pero también preservo una inercia a favor de las políticas que le dieron éxito.
En los siguientes puntos, Sergio Bitar apunta a la división y decaimiento de los partidos, a las críticas descarnadas a Guillier y la percepción de una escasa capacidad técnica para gobernar como las principales causales de la derrota.
A pesar del enorme esfuerzo personal y de la resistencia de Alejandro Guillier, se señala que carecía de la suficiente experiencia política para tejer los acuerdos y potenciar la acción de los partidos.
El ex ministro también atribuye el fracaso al desempeño del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, postulando que la desaprobación comenzó a subir rápidamente desde el primer año de Gobierno, por la percepción de reformas improvisadas.
Sobre el futuro, Bitar dice que el progresismo debe ceñirse a un método de acción política que ha resultado exitoso, con reformas continuas y lejos de posturas radicalizadas. Se necesita practicar la convergencia política y la unidad, la participación ciudadana y la articulación con los movimientos sociales, puntualiza.