En el astillero Tandanor, decenas de trabajadores siguen adelante con la reparación del submarino “ARA Santa Cruz”, gemelo del “ARA San Juan”, cuyo rastro se perdió el 15 de noviembre cuando navegaba con 44 tripulantes por el Atlántico Sur. En un enorme galpón del astillero en el barrio de la Boca, al sur de Buenos Aires, el sumergible está montado sobre inmensas estructuras metálicas donde se llevan a cabo las distintas operaciones de reparación.
A diferencia del ARA San Juan, que en 2014 terminó su proceso de reparación de media vida, el Santa Cruz es sometido a “una reparación general”, explicó José Luis Pérez Varela, jefe de reparaciones de submarinos de Tandanor. “Involucra el desmonte de todos los mecanismos sujetos a desgaste, la renovación de toda la chapa de la cubierta, por arriba de lo que es el casco resistente, toda la chapa que está degradada se cambia, y se aprovecha la oportunidad para cambiar las baterías”, precisó.
La referencia al submarino perdido es inevitable. Según Pérez Varela, lo ocurrido con el ARA San Juan no modificó los planes de reparación de su gemelo, que comenzaron en 2015 y deberían prolongarse hasta 2019. Argentina cuenta también con un tercer submarino que está operativo.
“Todavía no hay ninguna conclusión que se pueda aplicar a la reparación que estamos haciendo del ARA Santa Cruz que sea referida a algo de lo que le ocurrió al submarino ARA San Juan”, afirmó.
“Estamos reparando el submarino con los procedimientos estándar acordados con la Armada Argentina”, explicó. En un muro del galpón donde se realiza la reparación, cuelga una enorme banderola donde se lee: “Nosotros dimos todo de cada uno para que vuelvas a navegar, ahora te toca a vos traerlos de vuelta”, firmado por “trabajadores de Tandanor”.
La misma bandera colgaba semanas atrás de las rejas de la Base Naval de Mar del Plata, 400 km al sur, donde familiares de los tripulantes del ARA San Juan esperaron infructuosamente durante semanas alguna noticia esperanzadora del destino del submarino perdido. Nada se sabe aún de lo que ocurrió con el buque que se encontraba a 450 km de la costa argentina en el golfo San Jorge, regresando desde Ushuaia, en Tierra del Fuego a Mar del Plata, su apostadero habitual, cuando se perdió su rastro. En la última comunicación del 15 de noviembre, había reportado la superación de una falla en el sistema de baterías, tras el ingreso de agua por el snorkel. Argentina recibió la ayuda de 13 países para la búsqueda, pero sin resultado positivo.
El juez Sergio Torres inició una investigación sobre presuntas irregularidades en la reparación del “ARA San Juan”, que fue sometido a tareas de mantenimiento de media vida entre 2007 y 2014. En Tandanor, parte del Complejo Industrial y Naval Argentino (CINAR), aseguran que el astillero no fue allanado, como habría ordenado el juez, pero están dispuestos a ser investigados.
“Podemos hacer un seguimiento con todas las obras de Tandanor con la Armada en el San Juan y, a priori, parecería que las cosas están muy bien hechas. Ahora, si hay una investigación, bienvenida sea, acá lo que se se busca es que las cosas se sigan haciendo de la mejor manera posible”, sostuvo Jorge Arosa, presidente de CINAR.
Explicó que la Armada Argentina firmó siete contratos para la reparación del buque desaparecido, y solo dos de ellos fueron exclusivamente con Tandanor. “No participamos en el contrato de (la empresa alemana) Hawker con las baterías, no participamos en los motores térmicos ni en el motor eléctrico”, precisó Arosa.