Liderados por Canadá y Gran Bretaña, una veintena de países anunciaron este jueves en la conferencia del clima de la ONU (COP23) que quieren abandonar el carbón en la próxima década, poco antes de la esperada intervención en el foro de EE.UU.
Una subsecretaria de Estado interina, Judith Garber, será la encargada de explicar cuál será la política de Washington a partir de ahora en esa lucha mundial, tras la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, en junio pasado, de abandonar el histórico Acuerdo de París contra el cambio climático.
Trump denunció el histórico Acuerdo alcanzado en 2015, tras años de negociaciones, porque considera que perjudica los intereses energéticos de su país.
En un giro drástico a la política estadounidense, la Casa Blanca apuesta por explotar ahora sus recursos de origen fósil, como el petróleo de esquisto, que representan enormes yacimientos en su territorio. De esas energías de origen fósil, el carbón es la primera fuente de electricidad en el mundo (40%), pero también es la más nociva para el clima.
Además de Gran Bretaña y Canadá, la “Alianza para el abandono del carbón” fue suscrita entre otros por Bélgica, Costa Rica, El Salvador, Finlandia, Francia, Italia, Islas Marshall, Portugal y México. Significativamente, varios estados norteamericanos han anunciado por su lado que ya están haciendo lo mismo, o se disponen a hacerlo.
Oficialmente, Estados Unidos no puede abandonar el Acuerdo de París hasta noviembre de 2020, cuando culmine el proceso de denuncia.
El objetivo principal del acuerdo es mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2ºC, respecto a los niveles preindustriales. El mundo se encamina a sobrepasar ampliamente ese umbral de peligro hacia mediados de siglo, lo que provocará cambios dramáticos en el medioambiente.
El mundo tiene apenas “un margen de veinte años” para enderezar el rumbo, advirtió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al abrir el tramo final negociador de esta COP23, centrado en el reglamento del Acuerdo de París.
La posición de la Casa Blanca es que los plazos y condiciones del Acuerdo de París benefician a países como China o India, grandes consumidores de combustibles de origen fósil, y por ello precisan de “ayuda” para efectuar una transición a tecnologías “limpias”.